Defensa
Minisubmarinos para potenciar la capacidad de infiltración de la Armada
Estos sumergibles han sido uno de los recursos navales más utilizados a lo largo del siglo XX para misiones de ataques sorpresa contra el enemigo

Los minisubmarinos han sido uno de los recursos navales más utilizados a lo largo del siglo XX para misiones de infiltración y ataques sorpresa contra el enemigo
Desde que el teniente Isaac Peral diseñara el primer submarino torpedero eléctrico completamente funcional, las cosas bajo la superficie del mar han cambiado mucho. Los submarinos son una de las herramientas más eficientes con las que cuentan las armadas y España en esto no es menos. Sobre todo, después de que los buques hispanos hayan dado la bienvenida al moderno submarino S-82 Narciso Monturiol, el cual ya ha sido definido como «una obra maestra de la ingeniería».
Aparte de estos submarinos convencionales, existieron otros que por sus características debían de ser considerados «mini». Los prototipos de estos buques sumergibles hicieron su aparición a finales del siglo XIX, pero realmente su uso no se extendió hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la tecnología permitió que nuevos tipos y formas pudieran ser puestos en funcionamiento. Sin duda los más famosos fueron los utilizados por la Xª Flotilla MAS organizada por Italia. Actuó en el Mediterráneo y participó en innumerables acciones sorpresa destruyendo los buques e infraestructura del adversario.
Herederos de esa forma de trabajar, la industria naval ha seguido mejorando los diseños y hoy diversas armadas cuentan con minisubmarinos. España se unirá pronto a este club, ya que como se ha podido saber, se ha aprobado la adquisición y entrega de vehículos de este tipo al grupo de Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada
En concreto las fuentes oficiales se han hecho eco de que este grupo de operaciones especiales será equipado con «vehículos tácticos de buceo» (TDV, Tactical Diving Vehicle) en un plazo todavía no especificado. Aunque todo apunta a que las entregas se realizarán a finales de 2026 o principios de 2027. Es decir, estamos a casi un año aproximadamente de verlos dentro de la Armada.
Como decíamos, las operaciones militares de este tipo cada vez son más importantes. A diferencia de los proyectos que exigen ingentes recursos y combatientes, las acciones clasificadas como «especiales» requieren de pocos integrantes, aunque altamente cualificados, así como una tecnología de última generación.
Son intervenciones casi quirúrgicas que a costa de pocas bajas tienen máxima eficiencia. Por ello, la llegada de submarinos a la Armada son buenas noticias al verse incrementadas las capacidades españolas de enviar misiones de esta clase.
Respecto a los TDV que España va a adquirir todavía no se conocen muchos detalles. Es cierto que la búsqueda de estos buques empezó hace algún tiempo, pero todavía no se han dado datos sobre los modelos concretos en los que se ha fijado el Ministerio de Defensa. Entre las características generales, se da por hecho que se requiere que sean minisubmarinos versátiles que puedan transportar de seis a ocho soldados, alcanzar velocidades de hasta 30 nudos que puedan ser desplegados para movimientos de superficie, semisumergidas o de inmersión, tal y como hemos leído en el último número de la «Revista general de Marina».
Dicho eso, por igual se espera que sean vehículos con unas características que les permitan ser transportados con rapidez desde una aeronave, buque convencional o incluso un submarino S-80 Plus. Debido a su pequeña idiosincrasia, y a pesar de que pueden navegar a través de decenas de millas, sus puntos fuertes se obtienen cuando son desplegados desde una nave nodriza que les acerque hasta un punto cercano al objetivo marcado.
En el medio especializado «Defensa», Octavio Díez Cámara ha señalado que este despliegue bien podría ser realizado con aviones A-400M que podrían lanzarlos hacia un punto señalado mediante paracaídas. Es de suponer que todo dependerá del tipo de misión al que se envíe el vehículo y sus tripulantes. Todo se verá más claro cuando en unos meses quizá el ministerio publique información al respecto.
Haciendo un ejercicio de especulación, ahora mismo hay distintos modelos que podrían adecuarse a las particularidades mencionadas antes. Todos ellos pertenecen a la empresa y proveedor de sistemas submarinos tanto de defensa como comercial JFD Global. Entre ellos se encuentra el Carrier Seal. Mide 10,45 metros, tiene un peso de 4,3 toneladas, puede llevar a seis buzos (más dos pilotos) y usa motor diésel. La empresa lo anuncia con una cita del famoso pensador chino Sun Tzu: «La velocidad es la esencia de la guerra. Aprovecha la imprevisión del enemigo; atácalo por sorpresa; toma una ruta inesperada».
Por otro lado, y en forma de prototipo, lanzado en 2023, se halla el Shadow Seal. El mismo tiene espacio para cuatro personas y puede actuar en las tres modalidades de superficie, semisumergido y de inmersión. Posee un rango de acción de 80 millas náuticas y ha sido alabado por su maniobrabilidad.
Sea cual sea, la Armada Española ha decidido dar un paso importante en la compra e integración de vehículos TDV. Viviendo en un contexto internacional cada vez menos estable, el poseer herramientas de respuesta rápida es imprescindibles. Queda por tanto esperar a cualquier tipo de aclaración que se quiera dar desde los medios oficiales.