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Corrupción

Moncloa tiembla por Aldama, Hidalgo y Barrabés

Consigue mantener vías indirectas de contacto con Ábalos, camino ya de su imputación, pero no con las otras piezas «más peligrosas» de la investigación

El presidente del Zamaro CF, Víctor de Aldama, sentado junto a la diputada regional del PP Margalida Durán, comparece ante la comisión no permanente de investigación en el Parlament balear, a 20 de mayo de 2024, en Palma de Mallorca Isaac BujEuropa Press

La decisión del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno de solicitar al Tribunal Supremo que investigue al que fuera secretario de Organización del PSOE y ex ministro de Fomento José Luis Ábalos, por su papel principal en el «caso Koldo», coloca a Moncloa ante el precipicio que desde hace tiempo veía venir y que, no por eso, genera menos pánico al confirmarse. Llegados a este punto, sobre las cabezas de los gurús del presidente del Gobierno sobrevuelan otros nombres que les preocupan tanto o más que el de Ábalos. En el tema Koldo, el principal quita sueños es el empresario Víctor de Aldama. En la investigación que afecta a Begoña Gómez, sus dos principales dolores de cabeza son los empresarios Javier Hidalgo y Carlos Barrabés,

Ábalos ha amenazado varias veces con poner en marcha el ventilador, y como guardián de las esencias socialistas por supuesto que posee material incómodo para la dirección de su partido, pero que también le deja en mal lugar a él. Esto no es óbice para que a Moncloa le ocupen y preocupen más los otros tres nombres citados porque sospechan que pueden caer en la tentación, y ahí miran ya a Aldama, de buscar algún tipo de acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción para mejorar sus expectativas penales.

Con Ábalos, la dirección socialista está intentando mantener abierta una vía de diálogo para, en la medida de lo posible, evitar hacerse más daño del necesario. Pero les es mucho más difícil alcanzar a De Aldama, a Hidalgo o a Barrabés. Del segundo les ha llegado ya incluso que está contando que está dispuesto a «largar» si se ve en una situación comprometida: esto a quien más afecta es a la esposa del presidente.

Víctor de Aldama, presidente del Zamora CF es el «conseguidor» de la «trama Koldo» y con el que se fraguó el negocio de las mascarillas. Se estima que logró unos beneficios de 5,5 millones, lo que supone en torno al 10% del dinero público que se adjudicó la trama. En cuanto a Carlos Barrabés, es la pieza más débil en la investigación a Begoña Gómez.Se reunió varias veces con ella en Moncloa y también en su oficina, después de que Gómez le pidiera ayuda para modificar un módulo del máster incluido en la cátedra que dirige en la Universidad Complutense de Madrid. El ex consejero delegado de Globalia Javier Hidalgo es el tercer nombre más incómodo para la Presidencia del Gobierno por su relación con la esposa de Sánchez y con el rescate a la compañía Air Europa.

Aunque las mascarillas es el hilo principal, y afecta a varios ministerios y varias administraciones públicas, en Moncloa quema más el rescate de Air Europa, las andanzas de Ábalos por Barajas con la visita de Delcy Rodríguez y la investigación sobre las actividades profesionales a Gómez. En ese sentido, Moncloa da por descontado que la investigación sobre el rescate de la aerolínea se va a complicar. De momento, la exposición razonada enviada al Tribunal Supremo incorpora como «indicio relevante” contra Ábalos su papel en el rescate de la compañía y la reunión que mantuvo con el presidente del Gobierno y Nadia Calviño.

La imputación de Ábalos es una gota más de un proceso en el que la investigación abierta ha generado la expectativa de que la actualidad política viene cargada de nuevas revelaciones que presuntamente estrecharán el cerco sobre el presidente del Gobierno. Estas expectativas también están alimentando la ansiedad de la oposición por echar a Sánchez, y ahí está en parte la explicación de los últimos errores que han cometido. El combate entre el Gobierno y la oposición ha saltado ya sin ningún pudor del Parlamento al ámbito judicial, incurriendo en esa judicialización de la política, que todos critican, y en la utilización de la misma para dirimir sus diferencias.

Sanchez ha conseguido en esta semana poner algo de sordina a sus problemas con los líos que se ha hecho el Partido Popular en sus decisiones para sacar partido de esos problemas, pero el tamaño de la montaña que esconde el caso Ábalos amenaza con darle poco tiempo de descanso al jefe del Ejecutivo.