Inmigración
Sin noticias de las aduanas de Ceuta y Melilla
Más de un año después del giro en el Sahara, España no logra el plácet de Marruecos para abrir los pasos comerciales
Transcurridos más de dieciséis meses desde que el compromiso de su apertura quedara plasmado en la primera hoja de ruta de la nueva etapa de la relación hispano-marroquí las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla parecen cada vez más condenadas irremisiblemente al olvido. Rabat sigue sin aceptar las condiciones que le propone el Gobierno de Pedro Sánchez, y con el impasse electoral en España las autoridades marroquíes aprovechan para dilatar aún más los plazos para adoptar una decisión que no es de su agrado. En ningún momento el Gobierno marroquí ha hecho alusión explícita a las aduanas, y, sin embargo, periódicamente, ya sea a través de documentos oficiales o de representantes públicos, desde el país norteafricano se alude a Ceuta y Melilla como «ciudades ocupadas».
Por su parte, para encontrar una alusión pública por parte del Gobierno de España, que insiste en el «excelente» momento en las relaciones bilaterales, a la cuestión hay que remontarse ya al pasado 13 de junio, cuando, al ser preguntado por el retraso en la apertura de las aduanas –en puridad la reapertura de la melillense, pues esta funcionó con normalidad hasta agosto de 2018 hasta el cierre unilateral por parte de Marruecos y la creación de una nueva en Ceuta-, el ministro de Exteriores José Manuel Albares aseguraba que se trata de «un mecanismo complejo, en el cual hay que verificar varias cosas» para zanjar que «toda la hoja de ruta pactada con Marruecos se está cumpliendo». La apertura de las aduanas comerciales es uno de los principales acuerdos recogidos en la hoja de ruta pactada por ambos gobiernos en Rabat en el cada vez más lejano 7 de abril de 2022. Una cita que sellaba una prometedora nueva etapa en las relaciones bilaterales y que fue posible abrir por el giro del Gobierno de España en el Sáhara Occidental.
En una carta remitida en marzo del año pasado al rey Mohamed VI –de la que sólo hay constancia documental por la versión difundida por Palacio Real el 18 de aquel mes-, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez plasmó su apoyo a la propuesta de autonomía marroquí para la ex colonia española como «la base más seria, creíble y realista» para la resolución del conflicto. Lo cierto es que, aunque el titular español de Exteriores asegure que la hoja de ruta acordada por ambas administraciones «se está cumpliendo», el 21 de septiembre pasado, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU y en presencia del jefe de la diplomacia marroquí Nasser Bourita, Albares fijó la apertura de las aduanas para enero de 2023. Ello no ocurrió, y los días 1 y 2 de febrero pasado llegaría la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España celebrada en Rabat, la cual concluyó con una declaración genérica de compromisos y sin un calendario –al menos público- sobre la apertura de las aduanas.
Entretanto, el Gobierno escenificaría una serie de ensayos de paso de mercancías que, por ahora, no han permitido la apertura definitiva de las aduanas. Tres han sido las ‘pruebas piloto’ a través de las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos en lo que va de 2023: la primera el 27 de enero, la segunda el 24 de febrero y la tercera -y última, por ahora- el 25 de mayo. A pesar del aparente éxito de los ensayos, hay aparentes problemas técnicos que siguen haciendo imposible completar el proceso.
Hace tiempo que la inquietud de los empresarios de las dos ciudades españolas sobre el retraso en la apertura de la infraestructura mutó en desesperación para convertirse, con el paso de los meses, en una paciente resignación ante el infinito retraso y la falta de información creíble de la parte del Gobierno de la nación. «De la reapertura de la aduana de Melilla nada nuevo se sabe, ni siquiera el resultado de las famosas ‘pruebas’ llevadas a cabo hace meses. Mejor que desde el Gobierno central no digan nada y no sigan engañando», afirma a este medio el empresario melillense José Manuel Martínez Lázaro, CEO de Total Logistic Services, una sociedad especializada en servicios logísticos del transporte y las aduanas.
Las reclamaciones de los empresarios de las ciudades autónomas van más allá de la no apertura de las aduanas. Lamentan que Marruecos sigue sin respetar en los pasos del Tarajal y Beni Ensar el régimen de viajeros que, por otra parte, aplica en el resto de sus fronteras, lo que se traduce en que es casi imposible para quienes cruzan la frontera pasar algún tipo de mercancía. Se quejan, además, de que las autoridades marroquíes favorecen, tanto en el tránsito como en el paso de mercancías, a quienes entran en el país acogiéndose a la Operación Paso del Estrecho (OPE) –que comenzó el pasado 15 de junio y concluirá a mediados de septiembre- a diferencia del trato que reciben los residentes en las ciudades autónomas españolas.
«La OPE ha sido un ejemplo más de discriminación. Se han abierto varios carriles, tanto en el lado marroquí como en el español, para los transeúntes marroquíes mientras que a los residentes en Melilla se les hace estar horas y horas en la cola para pasar al otro lado», explica a LA RAZÓN el citado empresario español.
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