Tomás Gómez
Nunca fue tan caro un político
Las cartas están marcadas y Sánchez espera, camuflado, el asalto final
La política española va siguiendo, de manera escrupulosa, el guion previsto. Feijóo se bate en una investidura que fue condenada por el PNV desde el minuto cero. El líder popular ha disparado a todos los flancos que tiene al descubierto Sánchez. El ataque más duro lo centró en la amnistía, su punto más débil de la línea de flotación.
La puesta en escena, acompañado de su grupo parlamentario al completo, los presidentes autonómicos populares y el presidente del Senado, fue una exhibición de las mimbres con las que piensa hacer oposición a un eventual gobierno presidido por el líder socialista. Las cartas están marcadas y Sánchez espera, camuflado, el asalto final. De momento, ha conseguido que todo el mundo dé por hecho la aprobación de una ley de amnistía al dictado de Puigdemont.
La respuesta del PP a través del acto convocado el pasado domingo fue, probablemente, un anticipo de lo que puede venir en los días próximos. Los independentistas están eufóricos y quieren más. Las declaraciones de Puigdemont y Aragonès apuntan en la dirección de que están cerca de acordar una consulta para la auto determinación. Tampoco hay que quitar el ojo de las cuestiones económicas. Los 450.000 millones de euros exigidos y la cesión de los impuestos estatales rompen con el principio de igualdad y solidaridad entre españoles. Pero, sin duda, serán parte del paquete de cesiones.
El resultado de la última legislatura y el comienzo de esta es devastador. El independentismo va ganando sus dos principales batallas y la política de blanqueo de Bildu ha situado a Otegi con muchas probabilidades de ser el próximo lehendakari. El papelón del PNV es tremendo, lamiendo la mano de quien les ha quitado el protagonismo político en Euskadi para catapultara los abertzales. Es un precio que está dispuesto a pagar, dadas las circunstancias.
Nunca fue tan caro un político para España.
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