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Page: La superviviencia del barón que plantó cara a Sánchez
El presidente de Castilla-La Mancha concluye un año durísimo, en que hubo de enfrentarse al presidente y al PP
Hubo un punto de la noche en que nadie sabía dónde estaba el Presidente. Emiliano García-Page decidió tomarse su tiempo, hacer mutis por el foro durante algunos minutos, cuando el punto de incertidumbre de la noche electoral alcanzaba su cénit y nadie sabía de qué lado podía decantarse la suerte.
Recordaba la situación claramente a la vivida en el año noventa y cinco, cuando Bono hubo de esperar hasta altas horas de la madrugada para darle la vuelta a las urnas y las encuestas. El PP entonces de José Manuel Molina a punto estuvo de ganarle las elecciones. Eran los tiempos del Gal, Filesa, fondos reservados y Roldán. Hoy son los de Sánchez, Bildu, Puigdemont y la amnistía. Todo pasa factura y todo tiene su coste.
La suerte de aquella noche, la del 28 de mayo de 2023, se decidió en Castilla-La Mancha por apenas un millar de votos de la provincia de Ciudad Real. Es verdad que la diferencia entre el PSOE y el PP de la región era mucho mayor, pero la suma de los populares con Vox se quedó a las puertas de desbancar al barón socialista más crítico con la gestión de Pedro Sánchez. Ese fue su salvoconducto para conservar la mayoría absoluta y gobernar una región de corte principalmente conservador.
Si uno acude a Plutarco y los clásicos, observa que los casos de Page y Bono se parecen como aquellas «Vidas Paralelas» que se hicieron tan famosas y comparaban personalidades del mundo romano con el griego. Ahora las cosas han cambiado, pero sí es cierto que hay una suerte de memoria cíclica que repite los acontecimientos. Si Bono fue el mayor crítico de González en las postrimerías del felipismo y posteriormente de Zapatero, Page lo es de Sánchez sin ningún género de dudas. Y así parece que continuará siendo.
La historia toledana marca muchas noches largas y de insomnio, pero pocas como esta de las últimas elecciones autonómicas. Aunque para ser justos y sinceros, las noches más duras fueron las que a Page se le hicieron en el Palacio de Fuensalida durante la pandemia. Encerrado, solo y sin una buena noticia a su alrededor. Él mismo lo ha reconocido en alguna entrevista que fueron las noches y los días más terribles de su vida.
Quizá por eso las elecciones también fueron las más difíciles de su carrera. Y eso que en 2011 sobrevivió en el ayuntamiento de Toledo al tsunami Zapatero, que dejó al PSOE literalmente en los huesos. Entonces aprendió que existen claves locales y de gestión que, si uno está en el gobierno, no pueden escapársele, como el empleo, la dedicación o la ligazón absoluta a las responsabilidades que uno ejerce en su terruño. «Por encima de mi partido», como él siempre ha dicho. Eso también lo aprendió de Bono, cuando el Cabriel, Cabañeros y tantas otras.
Sucede que, en cambio, estos últimos meses, tras la victoria electoral, desde el PP de Castilla-La Mancha se le ha reprochado que no reconviniera a sus diputados para que votaran en contra de la investidura de Pedro Sánchez con el apoyo de Puigdemont. Él, en entrevista con Gonzo en «La Sexta», ya reconoció estar en minoría y que habría dejado su acta de diputado en caso de verse obligado a votar algo en lo que no creyese. Lo cierto es que todos los diputados del PSOE en la región votaron a Sánchez y ninguno rompió la disciplina de partido.
La clave de la supervivencia de Page hay que encontrarla en el camino, su recorrido vital y político. No da ningún balón por perdido, trabaja de forma constante y medida y normalmente no suele eludir ningún tema espinoso; es más, pisa charcos y salpica. Las críticas realizadas a los indultos en su día y posteriormente a las reformas de los delitos de sedición y malversación fueron de las más duras que contravinieron al gobierno de Sánchez. Y vinieron de sus propias filas.
El Partido Popular ganó las elecciones generales de calle en julio de este año en Castilla-La Mancha. Algo que también pasaba con Bono cuando se presentaba. En unos comicios, los castellanomanchegos votaban con una mano y en otros, con otra. Falta por ver y determinar qué ocurrirá los próximos meses y años con este dueto antitético formado por Page y Sánchez. Si hoy gobierna el primero es porque fue lo contrario al segundo. La historia continuará en el veinticuatro.
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