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Presupuesto del Estado

Pasos para aprobar las cuentas

La Razón
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¿Cuál es la próxima etapa que debe cumplir el Gobierno para aprobar los Presupuestos?

Tras enviar las líneas maestras de las cuentas a Bruselas, el Ejecutivo de Sánchez tiene que trabajar en dos planos: negociar con los grupos catalanes y vasco para articular una mayoría parlamentaria que los respalde y elaborar el proyecto de Presupuestos que aprobará el Consejo de Ministros y remitirá al Congreso.

Tras el pacto con Podemos, ¿a qué grupos
parlamentarios necesita?

Con el rechazo garantizado de 169 diputados (PP, Cs, UPN y Foro Asturias), los esfuerzos de Moncloa se centrarán en negociar el «sí» de ERC y del PNV y la abstención del PDeCAT. Este escenario –siempre que Coalición Canaria, Bildu y Compromís también se abstengan– bastaría.

¿Cómo influye la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria actualmente en trámite?

PSOE y Podemos llevaron al Congreso esta reforma para retirar al Senado su capacidad de veto sobre el techo de gasto. No se tramitará por vía de urgencia, como querían el Gobierno y sus socios, y eso retrasará varios meses la aprobación de la reforma. La importancia del cambio radica en que el plan remitido a Bruselas contempla un techo de gasto que no está vigente y que el Ejecutivo prevé validar con la reforma en vigor, esto es, con el Senado incapacitado ya para vetarla.

Si el Gobierno consigue los acuerdos necesarios y aprobar la nueva senda de gasto, ¿qué pasos quedarían para tener nuevas cuentas?

Una vez remitido al Congreso, el proyecto de Presupuestos afrontará el debate de las enmiendas a la totalidad. Dado el rechazo frontal que PP y Cs han expresado hacia las cuentas, se da por descontado que ambos partidos las presenten. Si resultan rechazadas –como parece probable dada la actual aritmética en el Congreso– arrancaría el debate de las enmiendas al articulado y a las secciones en comisión. Concluida esta etapa, se elaborará el dictamen que se someterá a la votación de Pleno. Posteriormente tendrán que pasar el filtro del Senado que, con toda seguridad, los rechazará. El Congreso tendría la última palabra y podría levantar el veto de la otra Cámara.