
Estrategia
«No podemos salir a heredar, hay que ir a conquistar el Gobierno»
En las filas populares crece la inquietud por si no son capaces de «doblar» a Sánchez en su momento de máxima debilidad

La estrategia para morder el cuello al Gobierno de coalición ha abierto las primeras divisiones dentro del PP. Las dos almas, la mas dura y la más moderada, vuelven a hacerse sentir al hilo del debate sobre cuáles son los pasos más correctos para sacar el mayor partido del «caso Ábalos» y de la investigación a Begoña Gómez. Con el regalo añadido que les ha caído ahora con Íñigo Errejón y las acusaciones de acoso sexual, que suponen una bomba para la izquierda.
Hoy se reúne el Comité Ejecutivo del PP para seguir avanzando en la definición de la estrategia y también hay cita del comité de dirección del PP de Madrid, que preside Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid está marcando el camino en algunos temas relevantes, a costa de críticas de otros representantes del Comité de Dirección del PP y de algún presidente autonómico. Pero Ayuso no está sola, y algunas de las últimas decisiones que ha tomado, como impulsar ya la comparecencia de Begoña Gómez y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid, tienen su respaldo entre otros compañeros del Comité Ejecutivo del partido y también en otras sedes regionales.
No están organizados, y, aun así, forman una corriente que mira hacia Génova con ciertas dudas respecto a cómo se está gestionando este momento político desde la dirección.
«Están luchando con Sánchez con las manos atadas. Sánchez abre una batalla en unos códigos que no entienden, o no quieren entender, y confrontan en otro código y así es imposible darle el golpe final», argumentan. Hay barones, alcaldes, dirigentes provinciales, diputados y senadores que comparten el análisis de que Sánchez ha demostrado «debilidad, nerviosismo y desesperación» con el tema de su esposa, y ven «incompresible» desde el punto de vista político que «no se esté dando más caña ahí». «No está el país para hablar de la gratuidad de la enseñanza de cero a tres años». Desde septiembre el líder popular ha optado por complementar su discurso de crítica al Gobierno con la presentación de propuestas de carácter más social en temas como la conciliación o la vivienda.
Las voces que piden más contundencia contra Pedro Sánchez por la corrupción, demandan también que no se desperdicien oportunidades con tiros al aire, «Él te dispara con un fusil de asalto y tú le respondes con un tirachinas y pidiendo perdón. ¿Pero esto qué es?».
Con este argumento enlazan la crítica a aquellos dirigentes, próximos a la dirección del partido, que se han activado en estos últimos días «para sumarse a la campaña de la izquierda» contra el mensaje de otros cargos como Miguel Tellado, portavoz en el Congreso de los Diputados, a quien cuestionan sus formas y el tono de algunas de sus declaraciones.
«¿Ha dejado Sánchez tirado a Puente o a López con las salvajadas que han dicho? Y nosotros, sin embargo, a la primera de cambio ya no estamos poniendo estupendos con Tellado», sentencian dentro del Comité Ejecutivo de los populares.
Para este sector del partido, el problema está en que en la dirección «hay gente que quiere heredar, no conquistar. De la misma manera que heredaron el PP, ahora quieren heredar el Gobierno, y eso puede no salir bien. Hay que salir a conquistar La Moncloa».
En el Ejecutivo están preocupados por los nuevos capítulos del «caso Ábalos», por la investigación que mantiene abierta el juez Peinado contra Begoña Gómez o por el bloqueo político. Pero también hay nervios y preocupación en el PP por el miedo a fracasar y no ser capaces de aprovechar este contexto para dar el remate a la etapa de Sánchez.
Y, en paralelo, el Partido Popular vive con cierta ansiedad el desconcierto que a veces les traslada Madrid y que el PSOE siga aguantando con un suelo relativamente firme todas las tormentas en las que se va metiendo.
El tiempo se les está haciendo largo, y si Sánchez consiguiese sacar adelante los Presupuestos, habría una parte del partido que entraría en depresión por no ver cumplidas las expectativas frente a un presidente del Gobierno al que el análisis objetivo de su situación obliga, en teoría, a darle por acabado.
En Génova, el sector más oficial pide calma, y apela a las tormentas que están por venirle a Sánchez. Pero las decisiones de la dirección están sometidas a la lupa de los líderes territoriales, que son quienes tienen el caudal político y el poder de los gobiernos que ocupan y de los votos que consiguieron en las urnas.
Esta mañana, ante su Ejecutiva, Feijóo contrapondrá la alternativa del PP frente a un Gobierno «cercado por la corrupción y los escándalos». El líder popular ha convertido ya en un mantra la exigencia de la dimisión al presidente del Gobierno.
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