Cargando...

Narcotráfico

El precio de la cocaína, en mínimos históricos por la invasión de los narcos

Los narcos tienen excedente de esta sustancia estupefaciente y reducen el precio de venta a sus intermediarios

Interior registra una subida de incautaciones de cocaína en 2024 y una caída del hachís "a niveles más bajos en 20 años" EUROPAPRESS

El precio del kilo de cocaína en España se está desplomando en los últimos años. Una reducción de su importe de la que se benefician los intermediarios pero no sus clientes que siguen pagando lo mismo por esta sustancia estupefacientes. Los narcos tienen excedente de producto y prefieren malvenderlo a un precio estimado de 15.000 euros el kilo, según explican fuentes policiales a LA RAZÓN.

Nunca antes se había pagado a tan bajo el kilo de esta droga. El precio de esta sustancia estupefaciente es el "pulso" que tiene la Policía Nacional y la Guardia Civil para saber cuánta cocaína recorre las calles españolas. Que esté tan reducido es una mala noticia ya que significa que en verano, que es una etapa de alta demanda, la oferta es abismal.

Cabe recordar que hace casi diez años, en 2016, el kilo de cocaína costaba 34.369 euros, según el informe del Centro de Investigación contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). En la actualidad, se ha reducido a más de la mitad con una cantidad que ronda los 14.500 y 15.000 euros dependiendo de la zona, el grupo criminal y de la cantidad que se compra.

A pesar de todo ello, el precio en la calle sigue igual. No ha repercutido en el usuario. El precio básico sigue contemplando precios de 10, 30 y 50 euros. En las zonas de playa estas cifras se incrementan y más en ubicaciones tales como Ibiza.

El valor de la cocaína ha ido descendiendo de forma paulatina desde que los narcos se han interesado en utilizar nuestro país como "puerto logístico" para Europa. La cantidad es ingente y se incauta mucha sustancia estupefaciente gracias al trabajo de la UDYCO de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

La fórmula que ahora más utilizan estas organizaciones criminales son los narcosubmarinos que viajan desde Colombia hasta unas coordenadas ocultas en el Océano Atlántico. Allí es donde se encuentran con las narcolanchas que son las encargadas de llevar los alijos hasta la Península.

Sucesos.- Interceptado un remolcador con tres toneladas de cocaína en su interior al oeste de las Islas CanariasEuropa Press

Una de las últimas operaciones de la Policía Nacional consiguió incautar 70 kilos de cocaína ocultos en maquinaria agrícola en el Puerto de Barcelona. Esta organización criminal tenía armas de guerra y estaban asentados en Terrassa.

La violencia del hachís

Con todo ello, en los últimos meses, una de las grandes preocupaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es el aumento de la violencia entre los clanes que controlan el hachís. Los vuelcos de droga se han vuelto constantes entre ellos y este verano los asaltos se han cobrado la vida de varias personas que buscaban venganza.

El paradigma en este caso es distinto, según explican fuentes policiales a LA RAZÓN. Si la cocaína está de paso por España, nuestro país se ha convertido en unos e los principales productores de estas sustancia estupefaciente.

Las largas y solitarias partes de la España rural se han convertido en lugares idóneos para las plantaciones. Otra de las circunstancias es que estos puntos, que son demarcación de Guardia Civil, tienen poca plantilla de agentes para cubrir mucho territorio.

"Son horas y horas de vigilancias en zonas donde nos pueden pillar a la mínima. Son lugares solitarios donde un simple coche llama la atención", remarca uno de estos efectivos. Tienen que presentar las pruebas ante el juzgado para conseguir la autorización para acceder a estas parcelas.

Los narcos del hachís también han evolucionado a lo largo de los tiempos. Antes, contrataban a personas que vivían en estas fincas para que controlaran el cultivo. Ahora ya tienen estas plantaciones domotizadas y las controlan a distancia. Mediante las aplicaciones pueden regar la droga y no tener que acudir para que no les relacionen con las mismas.

Los enganches ilegales siguen estando presentes pero se han reinventado también en este aspecto. Los agentes se han encontrado desde placas solares hasta generadores para el funcionamiento de los focos que son necesarios en este negocio. "Es la vía segura pero más cara. Muchos prefieren invertir antes de que puedan ser detenidos", afirman estas fuentes.

Menos hachís, más cocaína

Para entender la evolución del hachís y la cocaína en España también hay que echar mano a la Estadística Anual de Drogas 2024 que fue publicada hace dos meses por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Los datos reflejan que el hachís incautado el año pasado fue de 199.220.874 kilos, un 44,34% menos que en el año 2023. Es la cifra más baja en dos décadas y se consiguió gracias a la presión policial ejercida sobre esta droga.

Por contra, las incautaciones de cocaína se han incrementado en un 5,2% con un total de 123 toneladas. El mayor golpe al tráfico de cocaína se produjo a finales del año pasado en una investigación conjunta de Policía Nacional y Aduanas el Puerto de Algeciras (Cádiz). Los agentes detectaron 13 toneladas de droga oculta entre cajas de plátanos en un contenedor procedente de Ecuador.

Sucesos.- Cae un punto de venta de cocaína en una vivienda en Málaga que había sido investigado tres vecesEuropa Press

Esa investigación fue una de las más ambiciosas de la historia del Cuerpo y se acabó con una organización criminal que movía sus hilos desde Dubái con el narco conocido como "El Tigre". La UDYCO y Asuntos Internos estuvieron años indagando en esta banda a la que presuntamente pertenecía el exjefe de la UDEF de Madrid.

A los narcos bien les sirve una frase: a rey muerto, rey puesto. Caiga la organización que caiga, siempre hay otra dispuesta a recoger su testigo. Esta facilidad para nombrar sustitutos se puede también utilizar para los dos eslabones de la cadena de las drogas. En origen con los cárteles colombianos y en destino con los puntos de venta en Bélgica, Alemania o Francia.

El precio de la cocaína en los países de destino supera con creces el de aquí en España. Por eso a los delincuentes les interesa exportarla y el excedente, que es mucho, se queda entre los clientes de nuestro país.