Los proetarras suspenden el "Ospe Eguna" de Alsasua para no entorpecer la negociación de Bildu con Sánchez

Son tiempos del “buen rollito”, de no asustar al personal, que estamos negociando con Sánchez, por lo que este año el entorno proetarra ha decidido no celebrar al tradicional “Ospe Eguna” en la localidad navarra de Alsasua, en el que se exigía la expulsión de la Guardia Civil de la localidad, de Navarra y del País Vasco.

Lo han hecho en silencio, como para pasar inadvertidos y, sólo cuando alguien ha caído en la cuenta, han emitido un comunicado en el que vienen a decir que la suspensión de este año no significa que no lo vayan a hacer en años posteriores, lo que demuestra, según expertos antiterroristas, el carácter coyuntural de la decisión. Además, estaban por medio las negociaciones para formar el Gobierno de Navarra, que vuelve a presidir la socialista Chivite con la abstención pactada de EhBildu.

Lo más sorprendente es que digan que el tradicional lema de “Alde Hemendik” (Iros de aquí”, por los guardias) se considera ahora poco adecuado y que se debería sustituir por el de “Policías, no”.

En cualquier caso, según las citadas fuentes, todo responde a la táctica del entorno proetarra de ofrecer una imagen no violenta, de gente de paz, no sólo para las negociaciones en Navarra y la investidura de Sánchez, sino de cara a las elecciones autonómicas vascas del año que viene, de las que Arnaldo Otegui quiere salir elegido lendakari con el apoyo socialista.

La anunciada expulsión de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Navarra, que no es tal porque existe un periodo transitorio de cuatro años y hay formulados varios recursos ante el Tribunal Supremo, ha servido como excusa de que los objetivos proetarras se están logrando, lo que no es cierto. Todos los días las patrullas de la Benemeérita realizan servicios en las carreteras de la Comunidad Foral.

Sin embargo, subrayan, la razón real hay que buscarla en razones políticas relacionadas con las citadas negociaciones y la necesidad de los sucesores de lo que fue el brazo político de ETA de ofrecer una cara amable y no dar argumentos a los denuncian los pactos en los que se trabaja en la actualidad.