Exteriores

Rabat aprieta ante un futuro ya sin Sánchez

Moncloa recibe a los enviados del rey de Marruecos con el máximo hermetismo y sin agenda; de fondo, avanzar en la soberanía alauí sobre el Sáhara

RABAT, 21/02/2024.-El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, saluda al rey Mohamed VI, durante su encuentro mantenido en Rabat este miércoles. Pedro Sánchez ha trasladado a Mohamed VI el cariño "muy especial" del rey Felipe VI a Marruecos y al monarca alauí.- EFE/Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***
Sánchez y Mohamed VI durante su último encuentro en febrero de 2023Borja Puig de la BellacasaAgencia EFE

España y Marruecos celebran hoy en el Palacio de la Moncloa la XIII Reunión de Alto Nivel –casi tres años después de la última, organizada en Rabat– en una cita marcada por el perfil bajo y el hermetismo de ambas partes, los modestos avances en la ambiciosa agenda bilateral que ambos Ejecutivos se marcaron tras la salida de la última crisis diplomática, la inestabilidad del Gobierno de Sánchez y la acción de una Diplomacia marroquí cada vez más envalentonada en sus reclamaciones.

Anunciada escuetamente hace apenas seis días por el Gobierno –en contraste con la cita precedente, que, en días de luna de miel bilateral, se anunciaba con meses de anticipación–, la XIII RAN llega, según Moncloa, en un momento «especialmente positivo» en las relaciones bilaterales, pero sin agenda concreta.

La nota difundida por la Presidencia anuncia de manera vaga que el encuentro aspira a «construir una relación más moderna, global y transversal, con visión compartida sobre los retos actuales como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el cambio climático o la transición energética sostenible, siempre poniendo a las personas en el centro».

Sin avances en Ceuta y Melilla

Sin embargo, poco se ha avanzado en las grandes materias que constituyeron la hoja de ruta pactada entre la visita de Pedro Sánchez a Rabat de abril de 2022 y la XII RAN, que regresaba en febrero del año siguiente después de ocho años sin celebrarse en un momento aparentemente óptimo. Al menos eso ha defendido siempre el Gobierno, que ha dejado claro en todo este tiempo su voluntad de no importunar nunca las relaciones con el vecino del sur.

No en vano, la carta del presidente al rey de Marruecos, Mohamed VI, en apoyo de la propuesta de autonomía para la que fuera colonia española –una misiva que nunca consultó con su Gobierno ni con el Parlamento– había logrado aplacar la furia marroquí ante el ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario en Logroño y poner así fin a la última crisis política bilateral. Se abría un período en las relaciones hispanomarroquíes juzgado «inédito», aunque los dos grandes encuentros no pasaron de meras declaraciones retóricas y de proyectos e iniciativas de marcado perfil bajo.

A pesar del apoyo en el Sáhara –que suponía el fin a la neutralidad tradicional española–, Sánchez nunca ha logrado de Rabat el visto bueno a la normalización fronteriza en Ceuta y Melilla, empezando por las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, que siguen esperando más de tres años y medio después su puesta en marcha definitiva.

Débil Gobierno

Aunque todo apunta a que la de hoy será una cumbre de guante blanco centrada en materias económicas y proyectos de cooperación, la RAN pondrá a prueba la capacidad negociadora de un ejecutivo español en una posición doméstica cada vez más delicada frente a la envalentonada diplomacia del país magrebí, que recibió un nuevo espaldarazo en la cuestión que centra sus esfuerzos con la aprobación a finales del pasado octubre de la última resolución del Consejo de Seguridad sobre la misión de la ONU en el Sáhara, que favorece su plan de autonomía entre las propuestas de solución al largo conflicto.

Tarde o temprano, Marruecos exigirá a Sánchez un apoyo más nítido en el Sáhara, y ello pasará o por pedir a Madrid el reconocimiento de su soberanía sobre la que fuera provincia española hasta 1975. Además, en las últimas semanas los medios marroquíes –correa de transmisión del poder– ponen el foco en las aspiraciones territoriales de su país, empezando por la delimitación de las fronteras marítimas en aguas situadas frente a las islas Canarias, incluyendo una ampliación de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) donde se encuentra Monte Tropic, una montaña submarina a cerca de 1.000 metros de profundidad con potenciales recursos minerales y tierras raras y cuyo control ha sido motivo de disputa durante años.

El espacio aéreo

Todo ello apunta a que, antes o después, Rabat redoblará la presión a las autoridades españolas en un ramillete de reclamaciones a cambio de una supuesta «seguridad jurídica reforzada» para el archipiélago, a pesar de que la soberanía española sobre las islas nunca ha estado en cuestión. No es la única cuestión que preocupa en Canarias, que teme también –su presidente autonómico, Fernando Clavijo, lamentaba su exclusión hoy de la RAN– que el Gobierno de Sánchez acabe también por ceder el control del espacio aéreo del Sáhara –gestionado aún desde Gran Canaria– a Marruecos.

La delegación española contará con la presencia, además del presidente, con la vicepresidenta Sara Aagesen, el ministro de Exteriores, el titular de Transporte, la de Educación, el de Agricultura y la de Inclusión. Por su parte, la delegación marroquí estará presidida por el jefe del gobierno, Aziz Akhannouch, pero al cierre de esta edición Rabat no había difundido la identidad de los ministros que lo acompañan. No estarán, por tanto, presentes los ministros del Interior a pesar de que la cuestión migratoria se ha situado estado siempre en el centro de las discusiones.