Investidura en la Comunidad Valenciana
Relevo de Mazón con cesiones a Vox en migración y Pacto Verde
Pérez Llorca se enfrenta hoy a la investidura. No hay pacto escrito, pero sí se ha negociado por detrás
Llegó el día D. La Comunidad Valenciana entierra hoy la era de Carlos Mazón y empieza un tiempo nuevo con Juanfran Pérez Llorca, número dos del Partido Popular en la región.
El todavía presidente autonómico anunció hace poco menos de un mes que daba un paso atrás como consecuencia de su discutida gestión en la catástrofe de la dana. Desde entonces, PP y Vox han mantenido una negociación silenciosa, en la que han eludido dar detalles de ningún avance.
Rompió el hielo Alberto Núñez Feijóo, con una llamada telefónica a Santiago Abascal. Acto seguido, los dos cedieron el testigo a sus lugartenientes. En las filas populares, ha llevado las conversaciones el candidato –siempre con la supervisión de Génova–, en las del partido verde, el secretario general, Ignacio Garriga.
Tal y como anhelaban en la cúpula popular, no habrá ningún pacto escrito con nuevas contrapartidas. Pero la votación tampoco será gratuita. Lo que han acordado las partes, según trasladan fuentes conocedoras a LA RAZÓN, es que Pérez Llorca, en el discurso que pronunciará este jueves en las Cortes Valencianas, tendrá que asumir algunos principios «irrenunciables» para Vox.
Particularmente, en dos ámbitos: la lucha contra la inmigración ilegal y las políticas medioambientales, con un claro desmarque del Pacto Verde europeo y, sobre todo, la promesa de «construir infraestructuras hidráulicas pendientes» para que no se repita una tragedia similar a las riadas del 2024.
Para el equipo de Feijóo, son postulados asumibles, que no colisionan de manera frontal con el ideario de la formación. Así, recuerdan que, el último Congreso Nacional, celebrado en verano en Madrid, alumbró una ponencia que fijaba un marco más contundente contra la inmigración ilegal, desarrollado después en un plan que endurecía de forma definitiva el posicionamiento. Con planteamientos como expulsar a inmigrantes que delincan e, incluso, a aquellos que lleguen de forma irregular a nuestras fronteras.
Igualmente, el propio líder ha modulado su discurso en materia medioambiental, con declaraciones contra el «dogmatismo» de la izquierda y una crítica hacia aquellos que «se meten en un despacho en la Castellana o de Bruselas» a legislar contra el campo.
Desde el principio, Feijóo ha deseado que la legislatura en la Comunidad Valenciana siguiera adelante. Y, salvo sorpresa de última hora, así será. Pérez Llorca maneja bien las relaciones con Vox, puesto que ha estado en la fragua de todos los acuerdos que se han firmado desde que se produjo el cambio político hace dos años. De ahí que el entendimiento haya sido fácil. Queda por ver la letra pequeña y, sobre todo, el efecto en la política nacional.
En Génova ya dan por sentado que habrá una reacción en cascada por parte de la izquierda a algunos titulares del Pleno. Aun así, confía en el laberinto judicial y político del Gobierno para que la sesión discurra lo más discreta posible.
La intención de los populares, toda vez que Mazón ya forma parte del pasado, es poner sordina a un territorio que, en el último año, ha dado infinitos quebraderos a la dirección nacional. Resuelta la investidura, el próximo president tendrá manos libres para hacer y deshacer a su antojo el Govern. Feijóo se entrevistó con él antes de confirmarlo como candidato y se llevó una buena impresión.
No está escrito que una buena gestión en el tiempo que resta hasta 2027 le aúpe como próximo candidato. En realidad, eso ahora es lo de menos. Lo de más es la estabilidad en un feudo clave y continuar con la recuperación. También electoral.