Opinión

Sánchez kamikaze

La jugada del 23 de julio no tiene más recorrido que el de una dimisión por lo bajini

Pedro Sánchez anuncia que adelanta las elecciones generales al 23 de julio.
Pedro Sánchez anuncia que adelanta las elecciones generales al 23 de julio.Moncloa

Después del mazazo del pasado domingo Pedro Sánchez parece que por fin se ha dado cuenta de que se le acabó el cuento. Los españoles son poco dados a las medias tintas y la otra noche utilizaron el azul masivamente para darle matarile. Más que una victoria del Partido Popular, rotunda como pocas, la gente entendió que se trataba de una primera vuelta de las generales y no lo dudó, precisamente porque entraron al trapo de la treta del presidente tombolero.

Pues bien, el experimento del PSOE, ya que Sánchez, ahora es el PSOE y nadie más cabe en su seno, se convirtió en un bumerán no solo porque los socialistas se han quedado sin ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, sino que muchos militantes se verán en breve de patitas en la calle sin alternativas. Vamos, un porrón y medio, porque la mancha de criaturitas que tienen que coger la caja de cartón y las de Villadiego es “menúa”.

Un ERE que remata un partido roto por la mitad y lo que es peor, sin músculo financiero para ejecutar nada porque en política si no tienes un duro se acabó el turrón. Secretamente, la jugada del 23 de julio no tiene más recorrido que el de una dimisión por lo bajini pero envuelta en la vitola del valor de un líder que se revuelve en la adversidad de la derrota. Un pimiento, queridos optimistas, estamos ante un kamikaze a bordo de un avión con la tripulación acojonada.

Las próximas generales serán un vuelco por la sencilla razón de que no se va a votar ni a unas siglas, ni a un programa ni a un candidato; lo que la calle quiere es echar de una vez a Sánchez y él lo sabe, por eso ya hace méritos para buscarse un futuro más apacible en Europa después de jugar al todo o nada con España y perder la partida.