Territorio
Tres municipios de España que buscan la “independencia”
Más de un centenar de localidades se han divorciado desde la llegada de la Democracia
El separatismo catalán impulsó el “procés” en 2012 e instaló el término “independencia” en la agenda política, llevando su desafío hasta cotas prácticamente inimaginables, con la organización de un referéndum ilegal y una declaración de independencia simbólica. El punto álgido del “procés” llegó en octubre de 2017 y, desde entonces, ha ido amainando gracias a la actuación del Poder Judicial y de los sucesivos gobiernos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, que, por distintas vías, han contribuido a desinflar el proyecto independentista.
Más allá de este episodio histórico, los “procesos de independencia” a menor escala están también muy presentes por toda la geografía española. Al contrario de la reciente unión entre Don Benito y Villanueva de la Serena en Extremadura, hay municipios que buscan separarse de las localidades en las que se encuentran ahora.
En la década de los años 80 destacan municipios como El Ejido o Torremolinos, que lograron segregarse del municipio matriz, pero ha habido muchos casos más desde la llegada de la Democracia (más de un centenar, por lo menos). Este camino ya escrutado de la independencia municipal lo intentan seguir ahora otros núcleos poblacionales importantes de nuestro país, como La Moraleja, Bellaterra o El Altet.
La Moraleja
La célebre urbanización de La Moraleja, levantada en la década de 1940 y situada 15 kilómetros al norte de Madrid, lleva años reivindicando la segregación del municipio al que pertenece: Alcobendas (117.000 habitantes). Sin embargo, sigue sin conseguirlo y parece que el proceso de independencia ha ido perdiendo mucha fuerza. El “procés” se inició hacia finales de los años 80, cuando se llegó a realizar una recogida de firmas que concitó el apoyo de más de 7.000 vecinos (más de la mitad), pero la segregación no cristalizó.
Constituida por algo menos de 1.500 viviendas, la zona residencial de lujo, célebre por albergar a personalidades muy destacadas de España, lo que la convierte en el barrio con una renta media más alta del país (ronda los 130.000 euros), exige la independencia porque siente discriminación por parte del ayuntamiento de Alcobendas, tanto en el pago de impuestos como por la falta de servicios (problemas de seguridad, también).
Bellaterra
El caso de Bellaterra tiene, si cabe, un valor simbólico todavía mayor: el proceso de independencia ha ido cronológicamente parejo al proceso de independencia de Cataluña; sin embargo, el Parlament, de mayoría separatista, frenó la segregación de Bellaterra de Cerdanyola del Vallès (57.000 habitantes), municipio al que pertenece, en 2015.
Los vecinos llevan reclamando la independencia de Cerdanyola desde hace muchos años y, en 2015, celebraron una consulta bajo el marco legal de la ley de consultas populares no refrendarias y el clamor popular por la independencia se confirmó: más del 90% de los vecinos votaron a favor de escindirse de Cerdanyola. Sin embargo, el Parlament no concedió el nuevo encaje administrativo de Bellaterra y el pueblo siguió como estaba, siendo una Entidad Municipal Descentralizada.
El Altet
El Altet es una pedanía situada a 20 kilómetros de Elche (235.000 habitantes), municipio al que pertenece. Esa gran distancia entre el núcleo poblacional de El Altet y Elche es una fuente de desafección desde finales del siglo XIX, alimentada también por las quejas de los vecinos por la discriminación que sienten por los servicios que reciben. Según lamentan, Elche acaba recaudando todos los impuestos y el dinero acaba redundando solo en el interior de la ciudad, sin alcanzar a la pedanía.
Por ello, en la pedanía, de 6.000 habitantes, han decidido impulsar una plataforma (El Atlet Decide) que tendrá candidatura en las elecciones municipales de 2023 y, con la representación que obtenga, buscará conseguir la independencia de Elche. Ambos núcleos urbanos están separados por el Aeropuerto de Alicante-Elche (una de las que más viajeros recibe en toda España) y la gestión de los ingresos es también una fuente de desavenencias. En definitiva, El Altet busca la autogestión y tiene capacidad para erigirse en municipio porque supera los 5.000 habitantes.
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