Toni Bolaño

Votos hoy, sequía mañana

La última bronca nos lleva a Doñana, y la UE pide explicaciones

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, en la sesión de control al Gobierno andaluz
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, EPEP

No hay tema que no sea objetivo de rifirrafe en campaña. Esta semana hemos visto un poco de todo. Feijóo en Suecia afeando al presidente que no explique sus planes para Europa, aunque Pedro Sánchez comparecerá en Congreso y Senado. Para explicarlos, claro. Populares, Vox y Ciudadanos desgañitándose contra la propuesta de referéndum de Pere Aragonés exigiendo al Gobierno un posicionamiento. Mal informados deben estar porque la propuesta del presidente catalán tiene vuelo gallináceo porque no cuenta ni con el conjunto de los independentistas y menos del Gobierno. Ha sacado el espantajo porque las previsiones electorales de ERC no son para tirar cohetes y, sobre todo, porque el PSC no está por la labor y le está comiendo la tostada. También Junts. En Cataluña preocupa la sequía porque los pantanos están al 26% lo que hace temer lo peor con restricciones en agua de boca. De momento, los regantes del Canal de Urgell piden una declaración de zona catastrófica. También preocupa ser uno –de 800– de los «agraciados» que el Govern elegirá por sorteo. Aviso, si me toca renuncio. Y como yo muchos catalanes, indepes o no, que están hartos de una matraca que lleva 11 años y evita que un Gobierno catalán gobierne. Desde José Montilla lo de gobernar es todo un oxímoron, pero la oposición en España no parece enterarse.

La última bronca nos lleva a Doñana. El líder de la oposición ha defendido, como no podía ser de otra manera, a su compañero Moreno Bonilla. Para Feijóo, el presidente andaluz está buscando soluciones para «centenares de familias». La solución es legalizar la extracción ilegal actual, según el Gobierno. Y no parece faltarle la razón a tenor de lo que dice la Comisión Europea que envió una carta al Embajador Permanente de España ante la UE. Fue remitida antes de la bronca, el 20 de marzo, cuando Bruselas tuvo conocimiento de la presentación de la proposición de ley en el Parlamento andaluz. Se queja la Comisión de que España no ha hecho los deberes y que Doñana está hecha un cisco. Por eso, se declara «estupefacta» ante la iniciativa de PP y Vox y considera que, en caso de aprobarse, es «una violación flagrante de lo dispuesto por el Tribunal de Justicia». Y en caso de aprobarse multa.

Por si acaso, la CE pide que se le transmita «cómo se han cerciorado, o piensan cerciorarse, de que el plan de mejora del regadío no producirá efectos perjudiciales para la integridad de los espacios protegidos». Vamos, que el plan de la Junta no convence a Europa por mucho que desde la Junta se diga que es por culpa del Gobierno. Nuestra compañera Marta García Aller lo dejó muy claro en su comentario: «Legalizar los regadíos en Doñana son votos para hoy y sequía para mañana». Se puede decir más alto pero no más claro. Los únicos beneficiados serán los regantes legalizados que verán cómo sus tierras suben de precio. Para el resto, ni agua, nunca mejor dicho, porque lo que es seguro que agua no habrá. Desde la Junta dicen que solo se usará agua de superficie, pero añaden una palabra que abre todas las dudas, temores y sospechas: preferentemente.

El tono seguirá in crescendo en los 44 días que faltan. El PSOE da el disparo de salida este fin de semana en Valencia. El frenazo de Feijóo del lunes bajando expectativas ha dado ánimos a los socialistas. En las baronías se vislumbra un horizonte más despejado, incluso en la Comunidad Valenciana donde socialistas y populares se la juegan. El PP utilizó en la precampaña un lema –«Sonríe, ya se van»–, plagiado de una campaña mexicana, pero parece que la sonrisa se está helando. Los números no salen y Ximo Puig surfea la ola. En Aragón, Podemos quiere rearmarse en un acto en Zaragoza, el día antes de San Jorge, mientras que Javier Lambán ejercerá de presidente achicando espacios al candidato popular, Jorge Azcón. La reacción del PP está servida.