Lactancia

Cuál es la alimentación adecuada para la madre durante la lactancia

Los bebés amamantados por madres que toman frutas y verduras de forma regular disfrutarán más comiendo esos alimentos que los bebés cuyas madres no los consumen.

El inicio de la alimentación complementaria no tiene una fecha establecida en el calendario, de manera que, no es condición «sine qua non» iniciar la alimentación complementaria el día del sexto cumple-mes del bebé
El inicio de la alimentación complementaria no tiene una fecha establecida en el calendario, de manera que, no es condición «sine qua non» iniciar la alimentación complementaria el día del sexto cumple-mes del bebélarazon

La leche materna es, sin duda, el mejor alimento infantil que existe, pues aporta numerosos beneficios a los bebés en sus primeros meses de vida; sus proteínas y nutrientes son esenciales no solo para el crecimiento físico del bebé, sino también para el desarrollo de un sistema inmunológico fuerte y para su capacidad cognitiva y de aprendizaje. Sin embargo, en ocasiones surgen dudas sobre si los alimentos que ingiere la madre afectan a la leche materna, y cuál es la alimentación adecuada durante este periodo.

Medela, compañía suiza con más de 50 años de experiencia centrando sus esfuerzos en comprender las necesidades de las madres y el comportamiento de los bebés, explica cuál es la nutrición adecuada para la madre durante el periodo de lactancia, qué alimentos y bebidas deben evitarse y cómo influirá su alimentación en los futuros gustos del bebé.

Cabe señalar que durante el embarazo, la dieta que sigue la madre influye en el sabor del líquido amniótico, y tras el nacimiento del bebé, la leche también tendrá un sabor cambiante, pues los alimentos y bebidas que la madre tome influirán en el sabor de su leche.

Qué alimentos son necesarios para la nutrición de la madre

Aunque no es necesario que la madre siga una dieta específica durante el periodo de lactancia, sí es necesario que coma de forma equilibrada desde el punto de vista nutricional. Para ello es recomendable tomar, de forma variada y frecuente, frutas y verduras, además de arroz integral, cereales integrales y copos de avena; en este sentido, las gachas de avena son el desayuno ideal para las madres lactantes que dan el pecho por la noche, ya que liberan lentamente la energía de los copos de avena y aportan fibra soluble, contribuyendo a reponer los niveles de energía. Asimismo, también se aconseja que la madre consuma panes que contengan cereales integrales, pasta, patatas y cuscús, pues suponen una importante fuente de energía debido a su alto contenido de almidón.

Por otra parte, la madre necesitará proteína magra. Esta proteína está presente en diversos alimentos, tales como las legumbres y huevos, carne de pollo y de vacuno magra y pescados. Cabe señalar que, el pescado azul –como el salmón o la caballa– no solo es bueno para la alimentación de la madre, sino también para el desarrollo del bebé; sin embargo, no se recomienda tomar más de dos raciones (unos 140 gramos) o más de una ración de pez espada, tiburón o aguja a la semana. Además, el pescado proporcionará grasas saludables, que también están presentes en el aceite de oliva, las semillas, los frutos secos sin sal o los aguacates.

Asimismo, es importante tomar cuatro raciones al día de productos lácteos, ya sea leche, queso o yogur; estos alimentos proporcionarán a la madre el suficiente calcio, ya que sus reservas se verán disminuidas durante la lactancia. Una ración adecuada podría ser un trozo pequeño de queso, de aproximadamente 50 gramos.

En este sentido, no existe ningún alimento que deba eliminarse de la dieta de la madre mientras dure el periodo de lactancia; no obstante, y aunque las necesidades energéticas variarán de una mujer a otra, las madres necesitan diariamente unas 500 calorías más respecto a las no lactantes. La cantidad de calorías necesarias dependerá de varios factores, como la edad del bebé, su tamaño o apetito, y también del nivel de actividad física de la madre, de su índice de masa corporal (IMC) o de si tiene que alimentar a uno o más bebés3.

Qué líquidos puede tomar la madre mientras da el pecho

Durante la lactancia es fundamental que la madre se mantenga bien hidratada, y además, es frecuente que durante este periodo, la sensación de sed aumente; es recomendable tomar, al menos, entre seis y ocho vasos diarios de agua. Además, antes de darle el pecho al bebé se aconseja tomar un vaso de agua, de zumo de frutas sin azúcares añadidos o de leche antes de amamantar al bebé3.

No obstante, sí es recomendable limitar el consumo de café, té, refrescos que contengan cafeína o bebidas energéticas durante la lactancia, ya que la cafeína se transfiere a la leche materna. Aunque las recomendaciones oficiales varían, en la mayoría de países no es conveniente tomar más de 200-300 mg de cafeína (300 mg son equivalentes a dos tazas de café flitrado o a cuatro tazas de té). Cabe señalar que, una barra de chocolate puro puede contener hasta 50 mg de esta sustancia.

Por otra parte, también es mejor evitar el consumo de alcohol hasta que el bebé tenga, al menos, tres meses de edad; a partir de entonces, es aconsejable tomarlo de forma muy ocasional, como un vaso pequeño de vino (125 ml).

Aunque el consumo moderado y ocasional de bebidas alcohólicas durante la lactancia materna no ha demostrado tener efectos adversos sobre los bebés, es adecuado que pasen, al menos, un par de horas para que el alcohol recorra el sistema antes de la siguiente toma del bebé. En este sentido, el alcohol puede reducir temporalmente la producción de leche de la madre9, por lo que si puntualmente va a consumir bebidas alcohólicas también puede extraer y guardar la leche materna con antelación, o congelarla para dársela más tarde al bebé.

¿Se pueden realizar dietas durante la lactancia?

En el caso de que durante el periodo de lactancia la madre siga una dieta vegetariana, vegana, macrobiótica o cualquier otra dieta, es importante que tome suficiente vitamina B12 y D, calcio, Omega 3 y ácidos grasos; para ello, se aconseja a las madres tomar alimentos o suplementos que proporcionen estos nutrientes y consultar a un profesional sanitario para asegurarse de que tanto ella como el bebé están recibiendo la cantidad necesaria de calorías y de nutrientes necesarios (hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales)3.

Asimismo, es fundamental la vitamina D, que contribuirá a mantener sanos y fuertes los huesos de la madre y del bebé. Gran parte de esta vitamina se obtiene al recibir los rayos del sol, por lo que puede resultar más complicado generarla si la madre reside en un lugar con poca luz, o durante la temporada invernal, por lo que puede tomar algún suplemento que contribuya a aumentar la cantidad de vitamina D.

Además, no es conveniente que la madre intente perder mucho peso, pues durante la lactancia la grasa acumulada en el cuerpo de la madre para producir la leche se reducirá, contribuyendo a la pérdida de los kilos de más. No obstante, si la madre sigue una dieta saludable y equilibrada, y sufre fluctuaciones en el peso (aumento o pérdida) superiores a un 1kg, aproximado, a la semana es importante ponerse en contacto con un profesional sanitario.

Influencia en los gustos futuros del bebé

Una dieta variada contribuirá a que la madre reciba todos los nutrientes necesarios, además de exponer al bebé a diferentes sabores, por lo que es probable que a medida que crezca le vayan gustando, permitiendo a la madre mostrar al bebé el sabor de la comida sana.

Así lo han demostrado diversos estudios que concluyen que los bebés alimentados al pecho por madres que comieron durante ese periodo frutas y verduras de forma habitual, disfrutaban más comiendo esos alimentos en comparación con los bebés de las madres que no los comieron.

Además, la leche materna se convierte en un nutritivo complemento cuando el bebé comience a ingerir los primeros alimentos sólidos; en esta nueva etapa, es apropiado usar la leche materna en purés o acompañarla con cereales para que el bebé siga disfrutando del sabor familiar de la leche materna.