Salud y bienestar

La vitamina D, clave para reforzar nuestras defensas frente al coronavirus

Un creciente número de estudios están relacionando el consumo de vitamina D con una menor gravedad de la infección.

El salmón es fuente de vitamina D
El salmón es fuente de vitamina DPixabay

Es paradójico que en un país tan soleado como el nuestro, en torno a la mitad de la población tenga déficit de vitamina D. Esta realidad responde a muchos factores: contaminación, estilo de vida… y también debido a una intensa fotoprotección para prevenir el cáncer de piel. Indudablemente esto está bien, es muy importante mantenernos protegidos de los daños de los rayos solares, pero nos ha llevado a que una buena parte de la población ni siquiera alcance los valores de referencia en un momento en que es arriesgado tener un déficit. Aunque todos asociamos la vitamina D a la salud ósea, juega un papel crucial en el sistema inmunitario, y también en la respuesta frente a la covid-19. Un creciente número de estudios están relacionando el consumo de vitamina D con una menor gravedad de la infección.

Por una parte, un estudio español publicado en la revista Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology concluye que la administración en dosis altas de vitamina D reduce de forma significativa la severidad de la enfermedad e incluso disminuye, en pacientes hospitalizados, los traslados a UCI. Otro estudio realizado en Irlanda y recién publicado recomienda explícitamente el consumo diario de suplementos de vitamina D entre la población general mientras dure la actual pandemia. Según el asesor médico del laboratorio Equisalud, “ya estaba bien documentado el déficit de vitamina D entre la población general sana, pero en el actual contexto de lucha generalizada contra el SARS-CoV-2 es especialmente necesario tomar medidas en este sentido. Cada uno de nosotros individualmente puede tomar medidas de prevención para protegerse de este virus, medidas que son sencillas y económicas y que además tienen respaldo desde la literatura científica”.

También el Consejo Superior de Investigaciones Científicas respalda esta estrategia, apoyándose en el estudio español antes mencionado, y recomienda el consumo de suplementos de vitamina D entre toda la población. Esta recomendación es especialmente importante si tenemos en cuenta que casi la mitad de los españoles tienen niveles bajos de vitamina D, “lo que es especialmente llamativo en un país con tantas horas de sol como el nuestro”, subraya el Dr. Angel. La población española presenta niveles de vitamina D incluso más bajos que en países de Europa central o incluso de Escandinavia, con muchas menos horas de sol, tal y como refleja otro estudio español publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral.

Las dos únicas vías que tiene el ser humano para sintetizar vitamina D son la natural, a través de la piel por la acción de los rayos de sol, y la artificial, a través de la suplementación. “Esto es importante porque nuestro sistema endocrino necesita de esta sustancia para el buen funcionamiento de nuestras defensas y nuestro sistema inmunológico, y no solo para la regulación del calcio y la salud ósea o para el sistema cardiovascular. Y necesitamos un sistema inmunológico sano para protegernos de la covid-19”, explica el Dr. Angel.

El estudio realizado en Irlanda recomienda explícitamente un consumo diario de 20-25 μg (800-1000 UI/día) para la población general, o incluso en dosis superiores si hablamos de grupos de riesgo, como personas mayores, o con obesidad, o trabajadores sanitarios. Para el director médico de Equisalud, este estudio es especialmente reseñable no solo por estas recomendaciones tan específicas, sino porque los autores reconocen que, aun no existiendo estudios de gran escala, randomizados y doble ciego, la evidencia acumulada es tan grande que hace necesario pasar a la acción. “En tiempos de pandemia hay que ser más flexibles con la evidencia que se exige de los estudios.

A veces un excesivo cientifismo nos impide actuar para implementar soluciones, pero la realidad es que no sería ético dejar a un número de pacientes en déficit de vitamina D para estudiarlos comparativamente con otros pacientes que sí estén recibiendo suplementos de esta vitamina. Los datos que tenemos en la mano, procedentes de no pocos estudios, nos obligan a actuar y protegernos contra este virus tan agresivo”, zanja este experto.