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Acoso

Así puedes ayudar a tu hijo a enfrentar burlas por su apariencia con seguridad y autoestima

Es fundamental que los padres comprendan el problema desde la perspectiva del menor

Niño sufriendo acoso Mikhail Nilov

Cuando un niño recibe burlas por llevar gafas, un aparato dental o cualquier elemento asociado a su apariencia física, es fundamental que los padres comprendan el problema desde la perspectiva del menor. Escuchar, validar y acompañar son claves para fortalecer su autoestima y enseñarle a gestionar estas situaciones.

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Escucha activa: el primer paso para apoyar a tu hijo

Si tu hijo cuenta que le hacen burlas en la escuela, siéntate con él y permite que exprese lo que ocurre sin juicio. Pídele que explique:

  • Qué tipo de burlas recibe

  • Dónde suceden

  • Quiénes participan

  • Qué ocurre después

Hazle saber que sus emociones son importantes y comparte experiencias personales similares para que no se sienta solo.

Las burlas no se pueden eliminar, pero sí se pueden manejar

Es normal que como madre o padre quieras evitarle cualquier sufrimiento, pero no puedes controlar lo que otros niños dicen o hacen. Lo que sí puedes hacer es enseñarle a tu hijo estrategias para manejar sus emociones y sentir menos impotencia.
Cuando descubren que existen herramientas efectivas para afrontar las burlas, pierden fuerza y dejan de causar tanto daño.

Si tu hijo usa gafas, un aparato dental o una prótesis, evita el pánico: esto no definirá su vida. De hecho, puede convertirse en una oportunidad de crecimiento emocional.

Diferenciar entre una burla puntual y el acoso escolar

No todas las burlas son iguales. Enséñale a reconocer cuándo se trata de acoso escolar:

  • Se repite en el tiempo

  • Existe un desequilibrio de poder

  • Hay intención de hacer daño

  • Se incluyen amenazas o agresiones

En estos casos, es imprescindible intervenir con el centro educativo.

Explícale por qué usa gafas o aparato dental

Aclárale que usar gafas o aparato es normal y necesario para su bienestar. Refuerza su autoestima con mensajes positivos:

  • “Las gafas te quedan genial”

  • “Pronto tendrás una sonrisa preciosa”

Recuérdale que su identidad no depende de su apariencia: él es mucho más que eso.

No ignores sus emociones

Si le duelen las burlas, acompáñalo. No minimices ni exageres. Enséñale a restarles poder, por ejemplo, observando cómo una mascota ignora comentarios porque no los entiende.
Desviar la atención y no dar excesivo protagonismo a la burla también ayuda a que pierda peso emocional.

Hazle preguntas que fomenten la reflexión:

  • “¿Cómo te hizo sentir?”

  • “¿Qué crees que intentaba lograr?”

  • “Si pasa otra vez, ¿qué te gustaría hacer?”

El poder del diálogo interior

Ayúdalo a desarrollar pensamientos que lo fortalezcan ante una burla:

  • “Puedo manejar esto.”

  • “Las palabras no pueden hacerme daño.”

  • “La opinión de esa persona no define quién soy.”

Reflexionar sobre sus cualidades positivas también contrarresta el impacto emocional.

Responder con humor o con límites firmes

A veces ignorar no es suficiente. Puedes enseñarle respuestas con humor:

  • “Sí, me encantan mis gafas.”

  • “Dentro de poco tendré dientes perfectos.”

Si no se siente cómodo con el humor, puede usar límites simples:

  • “Déjame en paz.”

Y alejarse siempre acompañado.

Estrategias rápidas para usar en el momento

  • Ignorar estratégicamente: no responder, no mirar, alejarse.

  • Poner límites: “No me gusta que te rías de mis gafas. Para.”

  • Visualizar protección: imaginar un escudo o una pared donde las palabras rebotan.

  • Aceptar el hecho: “Sí, llevo aparato.”

  • El “¿y?”: breve y asertivo.

  • Elogio inesperado: “Tú corres muy rápido.”

  • Buscar ayuda: acudir a un adulto si la situación se torna repetitiva o violenta.

Acompañamiento emocional: tú también puedes normalizarlo

Si tu hijo lleva gafas, podrías usar montura sin graduación para mostrar que no pasa nada. También puedes enseñarle referentes adultos o personajes conocidos que usen gafas, aparatos o prótesis con total naturalidad.

Busca ejemplos inspiradores

Historias de niños o personajes que hayan vivido situaciones similares y las hayan superado pueden servirle como inspiración y reforzar su autoestima.

Señales de alerta a vigilar

Si tu hijo no verbaliza lo que ocurre, observa si presenta:

  • Irritabilidad o ansiedad

  • Problemas de sueño

  • Pérdida de apetito

  • Evitar ciertas zonas de la escuela

  • Dolores sin causa aparente

  • Bajada del rendimiento

Son indicadores de que podría estar viviendo acoso o malestar emocional.

Cómo acompañar desde casa

  • Escucha sin juzgar

  • Refuerza su autoestima

  • Revisa tus propias bromas: evita comentarios sobre su apariencia

  • Fomenta amistades sanas

  • Valida siempre sus emociones

Consejos prácticos para tu hijo

  • No responder con violencia

  • Caminar acompañado

  • Practicar respuestas asertivas

  • Pedir apoyo a un adulto de confianza

Cómo actuar con el colegio

Si las burlas se repiten, habla con el centro educativo. Aporta información concreta y trabaja junto al profesorado para establecer:

  • Vigilancia en zonas de riesgo

  • Espacios seguros

  • Canales de reporte

  • Seguimiento del ambiente escolar

Evita confrontaciones directas con otras familias sin mediación.

Para niños de 3 y 4 años

Las burlas en esta etapa suelen ser parte del desarrollo social. Enseña respuestas simples:

  • “Eso no me gusta.”

  • “Puedo jugar.”

  • Identificar a qué adulto acudir.

Evita apodos o bromas en casa sobre temas sensibles.

Pautas para profesores

  • Hablar del impacto de las burlas

  • Usar cuentos, películas y role-playing

  • Intervenir de forma temprana

  • Promover la empatía y el respeto

Comprender por qué algunos niños se burlan

A veces las burlas nacen del deseo de llamar la atención, inseguridades o patrones aprendidos. Entender esto ayuda a tu hijo a no tomarlas como verdades.

Entrenar en casa: visualizaciones y juego de roles

Ensayar escenas y practicar la postura, tono de voz y respuestas facilita que pueda aplicarlas en la vida real.

Revisa tus propias “bromas”

Evita comentarios que puedan herirlo. Si te equivocas, pide perdón: será un ejemplo de respeto y reparación.

Cuándo acudir a un profesional

Si notas ansiedad, tristeza persistente o que la situación no mejora, busca ayuda psicológica. Un apoyo temprano puede marcar una gran diferencia.

La importancia de buscar a un adulto

Enséñale a identificar adultos seguros dentro del centro y a pedir ayuda sin vergüenza. No es chivarse, es protegerse.