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¿Cómo afecta la listeria al embarazo?

Es importante aclarar algunos datos sobre esta infección, así como conocer de qué manera influye en la mujer embarazada y en el feto.

¿Cómo afecta la listeria al embarazo?
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La listeria es una bacteria intracelular, lo que hace que sean las personas con el sistema inmune disminuido más susceptibles a ella. Es el caso de las personas ancianas y las embarazadas. Se adquiere por la ingesta de alimentos contaminados. Estos pueden ser productos cárnicos precocinados, lácteos y derivados no pasteurizados y mariscos sin cocinar.

Tras el brote de listeria que ha ocurrido en España estas semanas atrás, es importante aclarar algunos datos sobre esta infección, así como conocer de qué manera influye en la mujer embarazada y en el feto. En primer lugar, cabe destacar que es una enfermedad infecciosa pero con tratamiento médico puede mejorar su evolución y las repercusiones que pueda provocar en el feto.

¿Qué es?

La listeria es una bacteria intracelular, lo que hace que sean las personas con el sistema inmune disminuido más susceptibles a ella. Es el caso de las personas ancianas y las embarazadas. Se adquiere por la ingesta de alimentos contaminados. Estos pueden ser productos cárnicos precocinados, lácteos y derivados no pasteurizados y mariscos sin cocinar. Es mucho más común en verano, cuyo periodo de incubación puede ir de 1 a 90 días. Puede aparecer como un caso aislado o bien convertirse en epidemia, como actualmente en España.

¿Con qué síntomas se manifiesta?

En el caso de las mujeres embarazadas, cursa con fiebre alta y un cuadro similar a la gripe, aunque más leve. El principal problema es la afinidad o facilidad de la bacteria de atravesar la placenta e infectar al feto, causándole graves daños. Así, en el primer y segundo semestre, aunque es una infección menos frecuente, causa muerte fetal intrauterina y abortos sépticos.

La infección fetal es más frecuente en el tercer trimestre (80%) y puede:

Producir corioamnionitis o infección del líquido amniótico

Parto prematuro (2 de cada 3 embarazos)

Ser asintomática (1 de cada 3 embarazos)

Por otra parte, la infección fetal puede ser precoz o tardía:

Infección fetal precoz. Es la más común y aparece antes del séptimo día de vida. Normalmente produce parto prematuro e infección en el feto, con un 20% de mortalidad.

Infección fetal tardía. Se produce a partir de los 7 días de vida del bebé. En este caso la madre es portadora asintomática, siendo la clínica más frecuente la meningitis (infectándose en el canal de parto).

¿Cómo actuar si creo que he podido contagiarme?

Cualquier mujer embarazada que crea que ha podido infectarse con alimentos contaminados debe contactar con el especialista en Ginecología y Obstetricia, que llevará a cabo una serología en sangre.

Si la mujer empieza a tener fiebre alta de más de 38° debe acudir a urgencias. Allí le harán una analítica de sangre para analizar los leucocitos y la velocidad de sedimentación. Cuando estos valores sean sospechosos se harán hemocultivos, coincidiendo con el pico de fiebre. Si no se sospecha de foco infeccioso causante de la fiebre y coincide con signos de carioamnionitis, se recomendará que la mujer se quede ingresada con antibiótico intravenoso hasta conocer el resultado del hemocultivo, que confirme o descarte la infección.

¿Cómo debe tratarse?

El tratamiento es la ampicilina intravenosa, que se combinará con gentamicina (mínimo 7 días en vena y 7 días por vía oral). Esto significa que existe una terapia apropiada y eficaz que, si se administra de manera precoz, puede mejorar e incluso revertir el cuadro infeccioso.

Consejos para embarazadas ante la listeriosis

La listeria es una bacteria que resiste al frío y al calor. Aunque las temperaturas bajas ralentizan su crecimiento, ni la congelación la destruye. Solamente lo hacen las altas temperaturas cuando superan los 50°. Así, en embarazadas se recomienda evitar platos de carne precocinados, quesos de pasta blanda que no estén hechos con leche pasteurizada, patés no enlatados o esterilizados, pescado o marisco crudos, leche y derivados sin pasteurizar, ensaladas y vegetales listos para comer (pueden comerse en casa, siendo previamente lavados).

Además, se aconseja:

Lavar todos los alimentos que se vayan a consumir en crudo.

Cocinar los alimentos de origen animal a más de 50°.

No mezclar en el interior de la nevera alimentos crudos y cocinados.

Lavarse las manos y utensilios de cocina después de tocar alimentos crudos.

Limpiar la nevera a menudo.

No conservar más de 3-4 días productos loncheados en la charcutería.

María Teresa Martín Pedraza es médico en TopDoctors