Relaciones

Infancia sin amigos: cómo puede afectar tus relaciones en la vida adulta

Crecer sin amigos no determina tu futuro: descubre cómo fortalecer tus vínculos sociales en la adultez

Un grupo de los niños que han pasado por el centro cordobés donde se desarrolla el Proyecto Ödos
Grupo de niñosLa RazónLa Razón

La infancia no solo es sinónimo de juegos, imaginación y descubrimiento, sino también una etapa clave para aprender a convivir, compartir y resolver conflictos. Durante esos primeros años se construyen las bases de la empatía, la cooperación y la gestión emocional.

Por eso, crecer sin un grupo de amigos cercanos —la llamada “tribu infantil”— puede dejar una huella emocional que se manifiesta en la forma en que nos relacionamos de adultos. Así lo revela el estudio El aislamiento social infantil y adolescente predice el ajuste psicosocial en la edad adulta, publicado en la revista Frontiers in Developmental Psychology.

Cómo influye la falta de amistades en la adultez

El estudio señala que las personas que tuvieron pocos o ningún amigo en su niñez tienden a mostrar mayor inseguridad y dificultad para integrarse en grupos sociales o laborales. Esto ocurre porque, al no haber desarrollado ciertas habilidades sociales en la infancia, puede resultar más complicado manejar la ansiedad en entornos nuevos o establecer vínculos profundos y duraderos.

Entre las consecuencias más comunes destacan:

  • Mayor timidez o retraimiento social.

  • Dificultad para expresar emociones o opiniones.

  • Menor confianza al relacionarse con otros.

  • Sensación de aislamiento o miedo al rechazo.

El pasado no define tu futuro social

A pesar de estos posibles efectos, los expertos recalcan que la infancia no determina por completo la vida social adulta. Gracias a la plasticidad del cerebro, siempre es posible aprender nuevas formas de relacionarse y mejorar las habilidades sociales en cualquier etapa.

Nuevas oportunidades para crear vínculos

Hacer amigos en la universidad, en el trabajo o a través de actividades recreativas puede convertirse en una segunda oportunidad para construir lazos sólidos. De hecho, las amistades en la adultez suelen ser más conscientes y profundas, ya que se basan en intereses compartidos y una mayor madurez emocional.

Nunca es tarde para hacer amigos

El mensaje es claro: nunca es tarde para crear relaciones significativas. Los especialistas recomiendan:

  • Salir de la rutina y participar en nuevas actividades.

  • Mantener una actitud abierta ante las personas.

  • Dedicar tiempo a fortalecer los vínculos existentes.

Construir amistades genuinas no depende solo de la infancia, sino también de la disposición con la que enfrentamos cada etapa de la vida.