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Salud

Leche de fórmula a partir de los 6 meses: cómo elegir la mejor opción para tu bebé

Conocer sus tipos, beneficios y composición es clave para una transición adecuada

Bebé tomando biberon María Díez PérezLa Razón

A partir de los seis meses de vida, muchas familias empiezan a reconsiderar la alimentación de sus bebés. Es un momento clave en el desarrollo infantil, en el que pueden surgir dudas sobre la lactancia, la alimentación complementaria y la posible incorporación de leche de fórmula. Ya sea por el regreso al trabajo, por elección personal o por necesidades del bebé, es fundamental tomar decisiones informadas y siempre con el respaldo del pediatra.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y su continuación junto con otros alimentos hasta los dos años o más. Sin embargo, si se contempla el uso de fórmula infantil, es importante conocer las diferencias, beneficios y tipos disponibles para elegir la opción más adecuada.

Beneficios únicos de la leche materna para el bebé

La leche materna sigue siendo el estándar de referencia gracias a su composición adaptativa. Entre sus beneficios destacan:

  • Proteínas de alta calidad, que cambian según las necesidades del bebé.

  • Hidratos de carbono como la lactosa, fuente de energía esencial.

  • Grasas saludables, como el DHA, crucial para el desarrollo cerebral y visual.

  • Vitaminas y minerales, que apoyan el crecimiento y dependen en parte de la dieta materna.

  • Probióticos naturales y HMOs (oligosacáridos humanos), fundamentales para fortalecer el sistema inmunitario y la salud intestinal.

¿Cómo elegir la mejor leche de fórmula a partir de los 6 meses?

La leche de fórmula está regulada por normativas que garantizan su seguridad y contenido nutricional mínimo. No obstante, las diferencias entre marcas pueden ser significativas:

  • Calidad y tipo de proteínas.

  • Proporción de grasas e hidratos de carbono.

  • Presencia de nutrientes añadidos como probióticos o HMOs, que no son obligatorios, pero pueden ofrecer beneficios adicionales.

Es esencial recordar que cada bebé es único. Por eso, antes de elegir una fórmula específica, se recomienda una consulta pediátrica para valorar las necesidades individuales del niño.

Introducir leche de fórmula tras los seis meses no significa abandonar la lactancia materna, sino complementar la nutrición del bebé de forma adecuada y respetuosa con su desarrollo. Lo más importante es optar por una alternativa segura, respaldada por la evidencia y guiada por profesionales de la salud.