
Genética
¿A qué edad se define realmente el color de ojos de un recién nacido?
La mayoría de los recién nacidos presentan ojos azulados o grisáceos, independientemente del tono que tendrán más adelante

Cuando llega un bebé al mundo, lo primero que suelen hacer padres, abuelos y familiares es mirarle los ojos con atención. La abuela desea que sean azules como los suyos, el padre asegura ver un tono “entre gris y verde” y la madre advierte que probablemente cambiarán. Y todos pueden tener razón: el color de ojos al nacer no es definitivo.
La mayoría de los recién nacidos presentan ojos azulados o grisáceos, independientemente del tono que tendrán más adelante. Esto se debe a que el iris todavía contiene muy poca melanina, el pigmento responsable del color de los ojos, la piel y el cabello. Con el paso de los meses, la melanina aumenta y el color se va oscureciendo.
¿Cuándo se fija el color definitivo de los ojos del bebé?
El color de ojos empieza a definirse normalmente entre los 3 y 6 meses.
Sin embargo, el proceso puede prolongarse más:
La mayoría de los niños muestran su color real alrededor del primer año.
En ciertos casos, los cambios ligeros pueden continuar hasta los 3 años.
En general, si a los 12 meses los ojos del bebé ya son claramente marrones, verdes o azules, lo más habitual es que ese tono sea el definitivo.
Cómo influye la genética en el color de ojos
Durante años se simplificó diciendo que “el marrón domina sobre el azul”, pero hoy sabemos que el color de ojos depende de varios genes, no solo de uno. Estos genes regulan cuánta melanina se produce y cómo se distribuye.
En resumen:
Mucha melanina → ojos marrones
Melanina intermedia → ojos verdes o avellana
Muy poca melanina → ojos azules
Gracias a esta complejidad genética, dos padres con ojos marrones pueden tener un bebé con ojos verdes o azules, y dos padres con ojos claros también pueden tener un hijo con ojos oscuros.
Frecuencia del color de ojos según la etnia
El origen familiar influye mucho en la probabilidad de tener ojos claros u oscuros:
Población africana y afrodescendiente: predominan los ojos marrones muy oscuros (más del 95%). Los ojos claros son poco comunes.
Población asiática: los ojos marrones son los más frecuentes.
Europa del norte y del este: los tonos azules y grises son muy habituales.
Zona mediterránea (España, Italia, Grecia): predominan los ojos marrones, pero los verdes y azules son más comunes que en otros continentes.
Por ello, es posible (aunque menos probable) que un niño de padres con ojos oscuros tenga ojos claros, y también lo contrario.
¿Y los colores de ojos poco comunes?
Además de los tonos más típicos, existen variaciones como el verde intenso, ámbar, avellana o gris profundo. El color final dependerá de la combinación genética de ambos progenitores.
También llama la atención el famoso caso de Elizabeth Taylor, a quien se le atribuían ojos “violeta”. En realidad se trataba de un azul muy peculiar influido por la luz y el maquillaje, lo que demuestra que los ojos pueden parecer cambiantes según las condiciones.
Durante los primeros meses, el color de ojos del bebé es una incógnita. Lo habitual es que alrededor del año de vida ya se conozca el tono real, aunque algunos niños pueden experimentar pequeños cambios hasta los 3 años.
Mientras tanto, disfruta de esa etapa en la que el color parece transformarse día a día y cada familiar ve un matiz distinto. Sea cual sea el resultado final, será una característica más que hará único a tu hijo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


