Envejecimiento
El secreto para frenar el envejecimiento no está en las arrugas, sino en tus músculos
Expertos revelan que la pérdida de masa muscular, y no la edad, es el verdadero marcador de la vejez. Recuperar fuerza puede rejuvenecer tu cuerpo, tu mente… y hasta tu estado de ánimo
Durante años hemos asociado el envejecimiento con las arrugas y el cabello canoso. Sin embargo, la ciencia está empezando a demostrar que la verdadera clave para mantenernos jóvenes está en la fuerza muscular. Según investigaciones recientes y expertos en longevidad como Alexander Pérez, la pérdida progresiva de músculo —conocida como sarcopenia— es el factor que más impacta en la movilidad, la autonomía y la salud emocional en la tercera edad.
“Biológicamente, se considera que una persona entra en la vejez cuando empieza a perder músculo de forma significativa. Es entonces cuando disminuye la movilidad, la autonomía y la estabilidad emocional”, explica Pérez, creador de Wonder, tecnología que ayuda a formar músculo y eliminar grasa.
La buena noticia es que nunca es tarde para recuperar masa muscular. Estudios clínicos demuestran que, incluso a edades avanzadas, un programa de entrenamiento de fuerza puede aumentar la potencia muscular hasta un 170%, mejorar la velocidad al caminar y reducir síntomas depresivos, además de incrementar la autoestima.
El músculo actúa como un verdadero órgano metabólico: ayuda a regular el azúcar en sangre, equilibra hormonas y mejora el bienestar emocional. Sin embargo, la mayoría de adultos mayores no cumple con las recomendaciones mínimas de fortalecimiento muscular, lo que ha impulsado el desarrollo de tecnologías como la estimulación neuromuscular profunda. Esta técnica permite activar y recuperar músculos atrofiados, mejorar el metabolismo y aumentar la funcionalidad, con beneficios comprobados en personas con diabetes tipo 2, fibromialgia o deterioro cognitivo leve.
Más allá de los datos, hay un impacto humano innegable: recuperar fuerza significa recuperar autonomía, confianza y vida social. Por eso, invertir en músculo no es solo una cuestión de salud, sino de calidad de vida… y debe empezar mucho antes de los 80.