Salud
El truco de una podóloga para evitar rozaduras en los pies de los niños con sandalias
Neus Moya, especialista en podología infantil, comparte en sus redes qué hacer para prevenir heridas causadas por el cambio de calzado
Con la llegada del calor, muchos padres optan por cambiar el calzado cerrado por sandalias o zapatos abiertos para sus hijos. Sin embargo, este cambio puede provocar lesiones en la piel de los pies de los más pequeños. La podóloga infantil Neus Moya ha alertado en sus redes sociales sobre la importancia de usar calcetines durante el primer mes tras el cambio al calzado de verano, una medida sencilla que puede evitar heridas comunes en esta etapa.
¿Por qué es importante usar calcetines al inicio del verano?
La piel infantil es especialmente delicada tras meses protegida por calzado cerrado. Al exponerse repentinamente al roce de sandalias o chanclas, los pies pueden desarrollar ampollas, rozaduras o irritaciones. “Os ahorraréis que vuestros peques tengan heridas”, advierte Moya, subrayando que incluso el calzado más ergonómico y flexible puede causar problemas si no se realiza una adaptación progresiva.
Transición al calzado de verano: cómo proteger los pies infantiles
Durante la primavera y el verano, los zapatos abiertos se convierten en la opción preferida por su frescura y comodidad. No obstante, estos modelos, al tener tiras y costuras en contacto directo con la piel, pueden generar puntos de fricción, sobre todo en zonas como el talón, el empeine o los laterales del pie.
El consejo de Neus Moya es claro: utilizar calcetines finos durante aproximadamente cuatro semanas al estrenar calzado de verano ayuda a que la piel se adapte poco a poco, reduciendo el riesgo de lesiones cutáneas.
Características de la piel infantil que aumentan el riesgo de heridas
La epidermis de los niños es más fina y tiene menor cantidad de queratina que la de los adultos, lo que la hace más sensible al roce y menos resistente a las agresiones externas. Además, su sistema de termorregulación aún está en desarrollo, por lo que factores como el sudor o el calor pueden agravar el problema.
Estas características explican por qué es tan frecuente la aparición de heridas durante los primeros días de uso del calzado veraniego, especialmente si se usa sin protección.
Diseño del calzado de verano: posibles puntos de fricción
Muchos modelos de calzado estival, como sandalias o chanclas, están fabricados con materiales como cuero sintético, plástico o textiles rígidos, que pueden irritar la piel al contacto. Además, las tiras y costuras interiores suelen generar presión en áreas sensibles del pie, favoreciendo la aparición de heridas.
La recomendación de Moya busca anticiparse a este tipo de lesiones, ofreciendo a las familias una estrategia fácil y eficaz para proteger la salud podológica de sus hijos.
Recomendaciones clave de la podóloga Neus Moya:
Usar calcetines finos durante el primer mes con el nuevo calzado de verano.
Elegir zapatos de materiales suaves y flexibles, evitando costuras internas prominentes.
Revisar los pies diariamente para detectar signos de irritación o ampollas.
Consultar a un podólogo si aparecen heridas que no cicatrizan o molestias persistentes.
Proteger los pies en verano empieza por una transición cuidadosa. Con pequeñas acciones como el uso temporal de calcetines, es posible evitar muchas molestias y asegurar que los más pequeños disfruten de un verano sin heridas.