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Así es la ermita sobre la que se pueden ver las cuatro provincias gallegas
Entre las provincias de Lugo y Pontevedra, el templo es un lugar de devoción ancestral y un balcón natural sobre Galicia
A 1.155 metros de altitud, sobre un promontorio próximo al Monte do Faro (1.181 m), en el municipio lucense de Chantada, se encuentra la ermita de Nosa Señora do Faro. El enclave, limítrofe entre las comarcas del Deza (Pontevedra) y Chantada (Lugo), ofrece en días despejados unas vistas espectaculares sobre las cuatro provincias gallegas.
Esta atalaya natural, usada probablemente desde la época romana para vigilar el tránsito entre los antiguos conventus Lucensis y Bracarensis, ha sido lugar de culto desde hace siglos, primero para rituales paganos y más tarde como centro cristiano de peregrinación.
Según algunas interpretaciones históricas, en el monte Faro se encendían luminarias para alertar de posibles invasiones, origen que justificaría su nombre. Con la llegada del cristianismo, los antiguos lugares sagrados fueron reconvertidos, y así surgió la devoción a la Virgen del Faro. Se cree que en el siglo VI ya existía aquí una primitiva capilla. Excavaciones del siglo XVIII revelaron restos de un templo anterior, tal vez románico, edificado sobre otro más antiguo de origen pagano. Lo cierto es que ya en el siglo XIII el trovador Xohán de Requeixo hacía referencia a las peregrinaciones al santuario en sus versos.
El actual templo, de factura granítica para resistir los rigores del clima en esta altitud, fue reconstruido en el siglo XVII y reformado posteriormente. En 1726 se reedificó su fachada. El edificio presenta planta de cruz latina, cubierta a dos aguas, con capillas laterales, bóveda de cañón y un arco triunfal de medio punto. En su interior destaca el retablo mayor, una obra neoclásica de Tomás Figueroa Rodríguez, natural de Sabadelle (Chantada), y la imagen de la Virgen, de semblante sereno, con mejillas rojas, ojos dulces y tres cabezas de ángeles a sus pies.
El santuario está envuelto en un halo de misterio y leyenda. Una de las más conocidas relata cómo la Virgen pidió ser venerada “donde no se oiga gallo cantar ni gente rifar”, aludiendo al aislamiento del monte. Otra cuenta que los monjes del monasterio de Oseira intentaron llevarse la imagen al convento, pero los bueyes que la transportaban se detuvieron milagrosamente en un lugar llamado Mirante, mientras las campanas de Requeixo comenzaron a sonar solas. Como recuerdo de este prodigio, se erigió allí un cruceiro hoy desaparecido.
Cada 8 de septiembre se celebra en el Monte do Faro una de las romerías más multitudinarias de Galicia. Miles de devotos llegan desde toda la comunidad para venerar a la Virgen, conocida como “A Filla”. La procesión parte desde la iglesia de Santiago de Requeixo y recorre los cuatro kilómetros que separan el templo del santuario por el “Camiño da Virxe”, un sendero en el que muchos fieles suben de rodillas en señal de fe, promesa o agradecimiento.
Cómo llegar
El acceso al santuario puede hacerse desde Chantada, tomando la carretera LU-213 en dirección a Lalín y desviándose después por la LU-P-1002 hacia Nosa Señora do Faro, o bien desde el alto do Faro por una pista de tierra. En días de celebración, el Campo da Festa se convierte en una gran verbena gallega con puestos de comida, música y celebración.