Tribunales

El Crimen de Cristina Cabo en Lugo, visto para sentencia entre lágrimas, gritos y 47 puñaladas

El jurado debe decidir ahora si se trató de un asesinato con ensañamiento o un homicidio con atenuantes: 30 o 15 años de cárcel

El acusado, en la última jornada del juicio.
El acusado, en la última jornada del juicio.Europa Press

La última jornada del juicio por la muerte de Cristina Cabo Buján, celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Lugo, cerró tres días de intensas sesiones con la declaración del acusado, José U. V., quien, pese a haber confesado el crimen, volvió a mantener su versión de los hechos: que actuó tras sentirse amenazado y atacado por la víctima.

El caso queda así visto para sentencia, a la espera de un veredicto que deberá decidir si las 47 puñaladas asestadas sobre la víctima, muy conocida en el barrio de A Milagrosa por regentar una tienda de productos ecológicos, supusieron un asesinato con ensañamiento o un homicidio con atenuantes.

La vista oral terminó con la intervención del propio procesado, que se acogió a su derecho de ser el último en declarar. Lo hizo únicamente a preguntas de su abogada y de la jueza. En su intervención, pidió perdón “a la familia y a todas las mujeres”, una afirmación que alteró notablemente a los familiares de la víctima presentes en la sala, quienes mostraron su indignación y dolor abandonando el lugar en varios momentos de la jornada.

Legítima defensa

Desde el primer día del juicio, el acusado ha mantenido la misma versión: que conoció a Cristina durante una noche de fiesta en noviembre de 2022, y que tras acompañarla a su domicilio, mantuvieron relaciones sexuales consentidas.

Fue entonces, según su testimonio, cuando surgió un conflicto económico: él le habría reclamado 400 euros que ella supuestamente le había prometido por acompañarla a casa, algo que la familia de la víctima niega rotundamente. Según el acusado, tras esa discusión ella lo insultó, le tiró objetos y, finalmente, lo atacó con un cuchillo de cocina, lo que le habría llevado a actuar “por miedo” y perder la cabeza.

El acusado negó en todo momento haber entrado en la casa con intención de robar, justificando que se llevó el ordenador y la bicicleta simplemente por necesidad para huir: “No podía andar por Lugo todo ensangrentado”, afirmó.

“La mató con ensañamiento y alevosía”

La Fiscalía y la acusación particular, representada por la letrada Fernanda López, han sostenido con firmeza que se trata de un asesinato con ensañamiento y alevosía, delitos por los que solicitan una pena de 30 años de prisión: 25 por asesinato y 5 por robo con violencia.

Subrayan que no existen pruebas de que fuera Cristina quien empuñó el cuchillo, y recalcan el grado de violencia empleado por el acusado: 47 heridas en total, de las cuales 29 eran puñaladas, y ninguna defensa acreditada por parte de la víctima. También recordaron que Cristina tardó más de una hora en morir desangrada, lo que, según los informes forenses, indica una “muerte con gran sufrimiento”.

Además, se descartó por completo la existencia de un trastorno mental transitorio o alteración psíquica. Los forenses declararon que el acusado estaba en plenas facultades mentales y que incluso trató de manipular los informes médicos posteriores para fingir una enfermedad inexistente.

Falta de premeditación

La defensa, por su parte, pide que se le condene por homicidio con una pena de 15 años, y rechaza que se dieran las circunstancias de alevosía o ensañamiento. Argumenta que el acusado no portaba ningún arma al entrar en la vivienda y que las heridas no eran mortales de necesidad, salvo una.

También sostiene que la reacción del acusado fue producto de un estado alterado de conciencia tras haber ingerido drogas y alcohol, aunque esta línea quedó debilitada tras la negativa de los forenses a confirmar dicha enajenación mental.

Tras las conclusiones de las tres partes -Fiscalía, acusación particular y defensa-, el jurado popular se retiró a deliberar. El veredicto, que podría conocerse hoy mismo, deberá determinar si el crimen cometido por José U. V. encaja en el tipo penal de asesinato, que podría elevar la condena hasta 30 años de prisión, o en el de homicidio, con una pena notablemente inferior.