Tribunales

Cuatro años de cárcel por obligar a una joven de 17 años a realizarle una felación en Betanzos (A Coruña)

En la zona había una cámara de seguridad cuyas imágenes muestran “gestos inequívocos” de la víctima poniendo de manifiesto su oposición

La Audiencia Provincial de A Coruña.
La Audiencia Provincial de A Coruña.Wikipedia

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a cuatro años de prisión a un hombre por obligar a una joven, que tenía 17 años en el momento de los hechos, a realizarle una felación a la salida de una discoteca en Betanzos (A Coruña).

En su sentencia, la sala considera los hechos constitutivos de un delito de agresión sexual, al entender que la relación "no fue consentida", motivo por el que condena al acusado a esos cuatro años de prisión.

Asimismo, le también la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros durante seis años, una inhabilitación para profesiones que conlleven contacto con menores durante 10 años y libertad vigilada durante seis años.

Los hechos ocurrieron en febrero de 2023 a la salida de una discoteca en la localidad coruñesa de Betanzos. Allí, el condenado comenzó a dialogar con la joven, proponiéndole ir a dar juntos una vuelta.

Mientras caminaban, el hombre le preguntó si había mantenido previamente relaciones sexuales o practicado una felación, contestándole la joven que no quería hacer "nada sexual" con él.

Posteriormente, al llegar ambos a un lugar poco transitado se dieron, de manera voluntaria, unos besos. Sin embargo, acto seguido, como expone la sentencia, “sin mantener ninguna conversación previa ni contar por tanto con el consentimiento”, el ahora condenado sacó su pene, lo acercó a la cara de la víctima y se lo introdujo en la boca.

En esta situación, la joven, cuya cabeza estaba oprimida por las manos del hombre, intentó en varias ocasiones apartar la cara, “realizando gestos indicativos que no fueron atendidos”. Finalmente, la víctima pudo levantarse y, tras reprochar a Alejandro su comportamiento, se marchó del lugar.

La sentencia hecha pública hoy recoge también que había en la zona una cámara de seguridad cuyas imágenes permiten observar “gestos inequívocos” de la joven en los que ponía de manifiesto su oposición a lo que estaba sucediendo.