
Turismo
Esta es la feria más antigua de Galicia que ha sobrevivido casi nueve siglos sin perder su magia
Cada mes de octubre, entre relinchos, gaitas y el aroma del pulpo, revive una celebración que conserva intacto el espíritu rural y festivo

Llegado octubre, Mondoñedo (Lugo) se despierta entre relinchos, gaitas y el olor a hierba húmeda. Las calles empedradas de la vieja ciudad, dormidas durante el resto del año, se llenan de vida, de comercio y de música. Los caballos llegan desde los montes cercanos, los pulpeiros encienden el fuego, los gaiteros afinan sus notas y el aire se impregna del bullicio de una tradición casi milenaria.
Es tiempo de As San Lucas, la feria más antigua de Galicia y una de las más veteranas de España: un viaje al pasado que devuelve a Mondoñedo su esplendor medieval.
El origen de As San Lucas se remonta al año 1156, cuando el rey Alfonso VII concedió a Mondoñedo el privilegio de celebrar mercados y ferias. Aquella autorización marcó el nacimiento de una tradición que, desde entonces, no ha dejado de celebrarse. Aunque en sus inicios tenía lugar en agosto, el calendario cambió pronto: los campesinos estaban ocupados con la cosecha y se decidió trasladarla a octubre, coincidiendo con la festividad de San Lucas Evangelista, patrón de la feria.
Durante la Edad Media, Mondoñedo fue un centro de comercio y de paso en las rutas del norte gallego. La feria creció hasta convertirse en una cita esencial para agricultores, artesanos y ganaderos de toda la región. Se vendían reses, herramientas, tejidos y productos del campo, en un ambiente que mezclaba la devoción religiosa con la algarabía popular. Con el tiempo, el ganado se convirtió en su gran protagonista, especialmente los caballos, símbolo de fuerza, prestigio y libertad en la Galicia rural.
Ya en el siglo XIX, la feria se instaló definitivamente en el Campo dos Paxariños, recinto ferial que sigue siendo el corazón del evento. Allí se celebraban concursos de ganado, carreras de caballos y exposiciones que atraían visitantes de toda Galicia, Asturias y León. Los cronistas de la época hablaban de una feria que podía prolongarse más de una semana, con tabernas improvisadas, música y teatro. La de Mondoñedo era, decían, “la feria de las ferias”.
Cuatro días para vivir la tradición
Hoy, As San Lucas mantiene su estructura clásica de cuatro jornadas, del 17 al 20 de octubre, cada una con su propio carácter. El Día das Vésperas, la víspera, marca el inicio de la fiesta con la llegada de los primeros caballos y el pregón, que recorre las calles acompañado por gigantes, cabezudos y gaitas. El 18, Día de San Lucas, es el día grande: el momento de la misa solemne en la catedral y del mercado de ganado, cuando cientos de animales llenan el campo ferial y los tratos se cierran con un apretón de manos.
El Día do Medio (19) continúa con verbenas, charangas y concursos ecuestres, mientras que el Día das Maulas (20) cierra la feria con la venta de los productos que han quedado sin comprador, a precios rebajados. Ese último día, de ambiente más tranquilo, es quizá el más auténtico: el momento de los vecinos, cuando el ruido baja y la feria recupera su aire de romería de pueblo.
El alma de Mondoñedo
Caminar por Mondoñedo durante As San Lucas es ver cómo el pasado convive con el presente. En la Plaza de la Catedral, joya del románico gallego, se mezclan los visitantes que acuden al mercado tradicional, donde se venden quesos, miel, cerámica y pan artesano, con los curiosos que prueban la Tarta de Mondoñedo, emblema repostero de la ciudad.

La feria mantiene su esencia rural, pero se ha abierto a nuevas formas de celebración. Hoy, además del mercado y el ganado, hay conciertos, atracciones, exposiciones agrícolas y espectáculos ecuestres, entre ellos la tradicional andadura galega, una modalidad de paso elegante y preciso del caballo gallego.
As San Lucas es también un encuentro de generaciones. Los mayores recuerdan las ferias de su infancia, cuando los tratos se sellaban con un vaso de vino, y los más jóvenes descubren en ella un vínculo con la Galicia de sus abuelos. Como escribió el mindoniense Álvaro Cunqueiro, Mondoñedo se convierte en “una aldea que sueña con su pasado mientras baila en el presente”.
Así, cada año, cuando las campanas de la catedral repican el inicio de As San Lucas, Mondoñedo se transforma. No hay en Galicia otra celebración que combine con tanta naturalidad el comercio, la historia, la música y el alma popular. Quizás por eso ha sobrevivido casi nueve siglos: porque más que una feria, As San Lucas es una especie de identidad casi milenaria.
Mientras los caballos desfilan bajo la lluvia fina del otoño, o no, y las gaitas marcan el compás, la vieja Mondoñedo demuestra que hay tradiciones que no envejecen, sino que se renuevan con cada generación. Y cuando cae la noche, entre el humo del pulpo y el brillo de las luces de feria, uno entiende que As San Lucas esconde un trocito del alma más noble de Galicia.
✕
Accede a tu cuenta para comentar