Historia
Este es el municipio de Galicia que da nombre a un cráter de Marte
En 1979, la Unión Astronómica Internacional bautizó uno de los orificios del planeta rojo con esta localidad lucense
Hace algo más de 30 años, 'Zapato Veloz' lanzaba al mercado una de esas canciones que se asientan en el imaginario popular fruto de una mezcla que combina algo de talento, mucha guasa y cierto punto irreverente. Hay un gallego en la luna. Una pieza que, con un estribillo tal vez hoy menos graciosos, guiaba a aquel gallego del Ferrol entre marcianas, gaitas y pandeiros.
Esta conquista musical de la luna tiene, sin embargo, antecedentes planetarios de mayor rigor y arraigo. No en vano, desde 1979 un pueblo de Galicia tiene una pica en Marte, bautizando uno de sus famosos cráteres.
Estamos hablando de Viveiro, municipio de la Mariña lucense, sí, pero también uno de los boquetes del planeta rojo, en concreto uno situado en su región noreste y que suma 28 kilómetros de diámetro.
Bautizado en 1979 por la Unión Astronómica Internacional (IAU) con su nombre en castellano (Vivero), su formación, como suele ser habitual en estos casos, se debe al impacto de un meteorito que permitió situar a Viveiro en Marte.
Un privilegio que este pequeño pueblo lucense comparte con otros doce municipios españoles, también homenajeados con un cráter en Marte, y entre los que se encuentran Madrid, Cádiz, El Escorial o Morella.
El criterio de la IAU para asignar nombres a los cráteres de menos de 60 kilómetros es tomar referencias de ciudades y pueblos de la Tierra, mientras que los de mayor tamaño reciben nombres de científicos o escritores de ciencia ficción.
La distancia entre el Viveiro de A Mariña y su homónimo marciano varía dependiendo de la órbita del planeta rojo. En sus momentos de mayor proximidad a la Tierra, están separados por unos 56 millones de kilómetros, mientras que en los puntos más alejados pueden superar los 400 millones de kilómetros.
Viveiro hoy
Una distancia inalcanzable que no impide, sin embargo, disfrutar del Viveiro de aquí abajo, un enclave que hunde sus raíces en la Edad Media, con unas primeras referencias documentales del siglo XII.
No es de extrañar, por lo tanto, que uno de sus grandes atractivos sea su imponente casco histórico, en el que aún se conserva parte de ese pasado medieval, como la Puerta de Carlos V, símbolo de la antigua muralla que protegía la villa, o la Iglesia de Santa María, con su mezcla de estilos románico y gótico.
El convento de San Francisco, fundado en el siglo XIII, alberga valiosas esculturas, mientras que el Puente de la Misericordia, cuyo origen se remonta al siglo XV, se muestra como una de esas postales difíciles de no fotografiar.
Pero más allá de su historia, Viveiro es uno de esos pedacitos de Galicia que se incrusta en una ría, también la de Viveiro, donde el Cantábrico se funde con la desembocadura del río Landro salpicando aquí y allá preciosas calas y playas como Area o Covas, o miradores como el de San Roque, desde donde se observa todo ese litoral casi infinito.
Celebraciones
A lo largo del año, Viveiro se convierte también en un punto de encuentro a través de sus diferentes fiestas. Su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, atrae a miles de personas que acuden a ver las procesiones con siglos de relato.
Y para los más público más jóvenes, Viveiro es la casa del Resurrection Fest, uno de los mayores festivales de música metal y rock de Europa.
A fin de cuentas, si el cráter de Viveiro es algo así como el testigo silencioso del impacto de un meteorito sobre el planeta rojo, la capital de la Mariña lucense es la muestra de que, millones de kilómetros de distancia hay arte, cultura, historia y mucha vida por vivir sobre el planeta azul.