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Turismo

Este es el pueblo gallego que no puedes dejar de visitar el mes de octubre

Entre sus calles empedradas y su historia, la villa esconde una de las mejores fiestas de tortilla de Galicia

Centro histórico de Betanzos. Turismo de Galicia

Betanzos, conocida desde antiguo como la “Betanzos de los Caballeros”, guarda todavía el aire noble de otro tiempo. Asentada sobre una colina y abrazada por los ríos Mandeo y Mendo, la villa sorprende al visitante con un casco histórico medieval en el que las piedras parecen susurrar historias de caballeros, mercaderes y clérigos.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, este entramado de calles empedradas conduce a iglesias góticas, plazas y casonas solariegas que mantienen vivo el pulso de siglos de esplendor.

No en vano, en la Edad Media, Betanzos llegó a ser capital de uno de los siete antiguos reinos de Galicia. Alfonso IX la reconoció como villa en 1219 y, más tarde, Enrique IV y los Reyes Católicos la distinguieron con ferias y privilegios que consolidaron su rango señorial.

Todavía hoy se perciben esos ecos gloriosos en su muralla del siglo XV, con puertas como la de Ponte Vella o la del Hórreo, y en edificios que han resistido el paso del tiempo: el Palacio de Bendaña (s. XV) o la Torre del Reloj (s. XVI) se alzan como guardianes de la memoria.

BetanzosLa Razón

La huella religiosa se hace patente en monumentos como la Basílica de San Francisco y la iglesia de Santa María del Azogue, ambas del siglo XIV y declaradas Monumento Nacional. Pasear por sus naves góticas es adentrarse en la espiritualidad de otra época. No menos cautivadora resulta la Plaza de los Hermanos García Naveira, corazón del comercio local y escenario de su tradicional feirón semanal.

Pero Betanzos es algo más que piedra y memoria. Su entorno natural, en plena Reserva de la Biosfera “Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo”, invita a combinar la visita urbana con paseos por riberas verdes y viñedos que completan la experiencia del viajero.

Rincones imprescindibles

  • Basílica de San Francisco (s. XIV): templo gótico con impresionantes sepulcros nobiliarios.
  • Santa María del Azogue (s. XIV): joya monumental con un notable pórtico renacentista.
  • Muralla medieval: con puertas ojivales que evocan la villa fortificada.
  • Torre del Reloj y Pazo de Bendaña: símbolos del poder civil en los siglos XV y XVI.
  • Parque del Pasatiempo: un sorprendente jardín enciclopédico creado a finales del XIX por los hermanos García Naveira, pionero entre los parques temáticos del mundo.

Cada esquina, cada piedra, cuenta una leyenda. Y basta perderse entre soportales y callejuelas para sentir la armonía entre la sobriedad del medievo y la luminosidad de las galerías acristaladas.

La patria de la tortilla

Si Betanzos respira historia en sus calles, también lo hace en su cocina. Su tortilla de patatas, famosa en toda Galicia, se distingue por un interior cremoso y jugoso, casi líquido, que ha elevado a este plato sencillo a la categoría de emblema. Cada octubre, la villa rinde homenaje a su receta más ilustre con la Semana de la Tortilla, una fiesta gastronómica que este año se celebra del 10 al 19 de octubre.

Durante esos días, bares y restaurantes ofrecen pinchos a 2,50 euros y tortillas enteras a 20. Los horarios se amplían para acoger a centenares de visitantes y los comensales, además de probar distintas versiones, pueden votar a su favorita y optar a premios gastronómicos. Paralelamente, un jurado profesional elige la mejor tortilla de Betanzos, que representará a la villa en certámenes nacionales.

Cómo hacer la tortilla de patatas perfectaLa Razón

Nombres como Casa Miranda, cinco veces campeona local, o el tradicional Mesón O Progreso figuran entre los templos de esta especialidad. Junto a ellos, locales como la Bodega Rivas o la taberna Bar Galicia completan la oferta con vinos gallegos y otros sabores de la tierra: mariscos de la ría, lacón con grelos, embutidos, postres caseros como las filloas o la tarta de Betanzos.

La Semana de la Tortilla convierte cada rincón en un festín popular, donde la historia, la tradición y el sabor se dan la mano. Y quizá ahí radique el encanto eterno de Betanzos: en esa mezcla de piedra medieval y mesa compartida, de pasado glorioso y presente vivo.