Gastronomía
Estos son los mejores platos para disfrutar de Galicia esta Semana Santa 2025
Del bacalao a la lamprea sin olvidar el marisco, la gastronomía de estas fechas está cargada de sabor aprovechando los productos del mar y de la huerta
La Semana Santa en Galicia no se vive únicamente a través de sus procesiones cargadas de emoción, sino también con multitud de planes, sabores y lugares que hacen de esta época un momento ideal para descubrir la región. En abril de 2025, Galicia florece con la primavera: los días se alargan, los campos tornan a ese verde universal característico, cargado de vida y de matices, y las tradiciones de Cuaresma se entremezclan con propuestas turísticas para todos los gustos.
Planes en los que, tratándose de Galicia, no puede faltar la apuesta gastronómica, que también en esta época del año presenta matices, alternativas y secretos. Una cocina gallega que, en Semana Santa, respeta la tradición cristiana de la Cuaresma, reduciendo el consumo de carne en favor de pescados y verduras.
Por este motivo, muchos de los platos típicos de estas fechas son de origen humilde, aunque cargados de sabor, aprovechando los productos del mar y de la huerta. Estas son algunas de las opciones que hoy siguen reuniendo a las familias alrededor de la mesa.
Potaje de vigilia
Es el plato estrella de la Semana Santa en toda España, y también tiene su elaboración gallega. Se trata de un guiso hecho a base de garbanzos, bacalao desalado, espinacas o acelgas y patatas, aderezado con ajo y pimentón.
Al prescindir de la carne, cumple con los preceptos de vigilia, resultando a su vez muy sabroso y nutritivo. Este potaje se suele servir el Viernes Santo como plato principal en muchos hogares gallegos, calentando el cuerpo mientras fuera puede que llueva mansamente. Cada cocinero le da su toque: hay quien añade huevo cocido picado o quien lo enriquece con almendras molidas. Probar un buen potaje de vigilia casero en Galicia es casi un acto litúrgico en sí mismo.
Bacalao en sus mil formas
El bacalao es el rey de la cocina gallega en esta época. Salado y luego desalado, permitía antiguamente comer pescado tierra adentro durante la abstinencia de carne.
En Semana Santa podrá encontrar bacalao preparado de diversas maneras: bacalao a la gallega (hervido con patatas, huevo cocido y aderezado con aceite de oliva y pimentón, similar al pulpo a feira pero con pescado); bacalao con coliflor, plato tradicional del Viernes Santo en algunas zonas, donde ambos ingredientes se sirven con refrito de ajo y pimentón; empanada de bacalao con pasas, una variante típica de la provincia de Ourense, mezclando el salado del pescado con el dulzor de la uva pasa; o los deliciosos buñuelos de bacalao (chulas de bacallau), esponjosas bolitas fritas de masa de bacalao desmigado, huevo y perejil, ideales como aperitivo a cualquier hora.
Empanadas de vigilia
La empanada es infaltable en Galicia en cualquier época, y la Semana Santa no es excepción. Durante la vigilia, las empanadas evitan rellenos de carne y se decantan por productos del mar o de la huerta.
Dos de las más típicas son la empanada de atún (un clásico, con su sofrito de cebolla, pimiento y tomate mezclado con atún) y la empanada de xoubas (sardinas pequeñas) en masa de maíz. También destaca la empanada de bacalao con pasas mencionada antes, muy característica de las Rías Baixas.
Otra variante local es la empanada de berberechos, aprovechando este exquisito bivalvo de las rías. Probar un trozo recién salido del horno mientras se recorren plazas y lugares con historia es un pequeño placer que enriquece cualquier viaje por Galicia.
Dulces de Semana Santa: rosca y torrijas
Tras la sobriedad cuaresmal, la Pascua trae el momento de los dulces. En Galicia, la Rosca de Pascua es la reina de los postres tradicionales. Se trata de un gran roscón o rosca elaborada con masa dulce fermentada (similar a un brioche), aromatizada con anís, ralladura de limón y manteca de vaca, y muchas veces cubierta de un glaseado o de almendras. La rosca suele ser esponjosa y de intenso aroma, perfecta para acompañar el café de pota o el chocolate caliente.
Como en muchos otros lugares, la tradición gallega también invita, el Domingo de Resurrección, a que los padrinos regalen a sus ahijados la rosca de Pascua, muchas veces adornada con lazos de colores.
Además de la rosca, otros dulces típicos de estas fechas son las torrijas (rebanadas de pan empapado en leche aromatizada, rebozadas en huevo, fritas y espolvoreadas con azúcar y canela) –un postre tradicional en toda España por Semana Santa–, y la leche frita, cuadritos de crema pastelera rebozados y dorados, que también se elaboran en muchos hogares gallegos.
Lamprea, marisco y quesos
Coincidiendo con Semana Santa, Galicia ofrece en primavera otras delicias gastronómicas que merecen atención. Sin ir más lejos, es temporada de lamprea, un peculiar pez prehistórico que remonta los ríos Miño y Ulla por estas fechas. La lamprea, considerada una exquisitez por los entendidos, se prepara al estilo clásico a la bordelesa (estofada en su propia sangre con vino tinto, acompañada de arroz), y se puede degustar en localidades como Arbo, que celebra la Festa da Lamprea a finales de este mes de abril.
También es buena época para el marisco: aunque la gran campaña de mariscos es en invierno, en abril aún se consiguen ostras, mejillones y volandeiras (pequeñas zamburiñas) fresquísimas, que puede saborear en pueblos costeros.
Y no olvidemos los quesos gallegos: por ejemplo, el famoso queso de tetilla o el Arzúa-Ulloa maridan de maravilla con la miel de flores de primavera. De hecho, en Semana Santa se celebra la Feira do Queixo do Cebreiro, ideal para probar el queso tradicional de O Cebreiro con un chorrito de miel o con marmelo (dulce de membrillo) de producción local.
En resumen, la ruta gastronómica de Semana Santa en Galicia es una mezcla de cocina de vigilia, dulces de Pascua y productos de temporada. Si hay tiempo, lo ideal sería planificar el viaje y las comidas para probar un poco de todo: quizás un potaje de vigilia en Lugo, unas empanadas de marisco en A Coruña, bacalao a la gallega en Ferrol, y de postre una rosca de Pascua artesanal comprada en alguna pastelería histórica de Santiago.