Turismo

El impresionante castillo de Galicia que podrás asaltar como en la Edad Media

La fortaleza acoge cada año una de las fiestas más populares de la Comunidad y revive las revueltas irmandiñas con los asistentes tomando el recinto de forma simbólica

Imagen aérea del recinto.
Imagen aérea del recinto. Diputación de A Coruña

Al lado de la carretera que une A Coruña con Fisterra, con forma poligonal y con cuatro torreones orientados a los cuatro vientos, se eleva una de esas fortalezas medievales en las que la imaginación se dispara hacia otra época.

Puñados de piedras bien armadas configuran un impresionant recinto que encierra siglos de historia y leyendas: el Castillo de Vimianzo.

La imponente estructura, con sus altas torres y gruesos muros, se alza majestuosa sobre Vimianzo, dominando el paisaje y ofreciendo una vista panorámica de la región. Su posición inmejorable en lo alto de una colina lo convierte en punto de referencia y en símbolo de la historia del lugar.

Castillo de Vimianzo.
Castillo de Vimianzo. Concello de Vimianzo

Y es precisamente esa situación estratégica el motivo de las continuas luchas que alberga a lo largo de su historia. No en vano, su proximidad a la costa permitía controlar las rutas comerciales del mar del norte, los negocios de la sardina y del sal, y los suculentos botines de los barcos que naufragaban.

Construido entre finales del siglo XII y principios del XIII, de la primitiva fortaleza sólo quedan los restos de lo que pudo ser una torre del homenaje, en el actual patio de armas. A comienzos del siglo XV pasa a manos de la familia Moscoso, y desde entonces fue objeto de encarnizadas disputas por parte del Arzobispo de Santiago y los Moscoso, dos de los poderes más importantes de la Galicia Medieval.

En 1467 se producen las Guerras Irmandiñas en las que el pueblo, cansado de las opresiones económicas de los señores feudales, toma esta fortaleza, aunque la rebelión no duró mucho tiempo. El Arzobispo de Santiago Alonso II de Fonseca se apodera del castillo en el año 1472, para su reconstrucción después de las revueltas populares. Pero unos años más tarde Lope Sánchez de Moscoso, que se autoproclamó el primer Conde de Altamira, volverá a Galicia para recuperar su propiedad, por lo que pertenecerá a esta familia hasta el siglo XIX.

Ya en 1870 el castillo es adquirido por Ramón Martelo Núñez, presidente de la Diputación de A Coruña, y su hijo, el poeta Evaristo Martelo, lo restaura para convertirlo en su residencia de verano. Tras sufrir un devastador incendio, Dolores Martelo de la Maza lega la propiedad al Arzobispado de Santiago, que en 1973 la vende a la Diputación de A Coruña, que rehabilita el castillo para dedicarlo a uso público, y actualmente está gestionado por el Concello de Vimianzo.

De este modo, la fortaleza preserva su esplendor original y abre sus puertas al público como un fascinante museo viviente. Los visitantes pueden recorrer sus antiguas murallas, explorar sus salas y pasajes, y sumergirse en el pasado medieval de Galicia a través de exposiciones y actividades, entre las que destaca una por encima de todas.

El asalto

Desde hace más de dos décadas los muros del castillo reviven la Gran Guerra Irmandiña en una celebración que se ha convertido casi en una especie de liturgia: el ‘Asalto ao Castelo’ (Asalto al Castillo) de Vimianzo. Una fiesta que, como la mayoría, comenzó entre amigos antes de acabar implicando a una región.

El Asalto se inspira en aquella Gran Guerra Irmandiña de 1467, cuando el pueblo se levantó contra el poder abusivo de los señores feudales. Trasladando estas revueltas al presente, el Asalto recrea una serie de personajes y situaciones que buscan reflejar las injusticias y problemas del presente.

Imagen de la celebración.
Imagen de la celebración. asaltoaocastelo

Una representación, eso sí, cargada de retranca gallega y en la que el público se convierte en asaltante, compartiendo escena los distintos personajes que acaban tomando, de forma simbólica, el castillo.

El espectador pasa a sentirse un irmandiño y se sumerge en una aventura inolvidable en la que se sentirá hipnotizado por la magia y alumbrado por las antorchas, y en la que acabará portando un ariete para romper la puerta de la fortaleza y luchando contra los defensores con globos de agua.

El Asalto, eso sí, es parte de unos festejos en los que podrá disfrutar también de distintos conciertos y de un amplio repertorio de actividades ambientadas en el espíritu medieval. Una fiesta en la que, por supuesto, no puede faltar la gastronomía, culminada por los Pinchos Irmandiños que elaboran los restaurantes locales para volver, también con la comida, hacia el pasado.

Horarios de visita

El Castillo de Vimianzo puede visitarse todos los días excepto los lunes, de 10.30 a 14.00 horas y de 16.00 a 18.30 horas.

El horario de tarde varía entre el 1 de julio y el 15 de septiembre, prolongándose hasta las 20.30 horas.