Tribunales

Trece años de cárcel para el colombiano que mató a un dominicano a la salida de un pub en Santiago

El tribunal impone una pena de 5 años para su hermano, además de una indemnización a los dos de 290.000 euros para la viuda y su hijo

Víctor Delgado Olguín (izquierda) y su hermano Michael, durante el juicio.
Víctor Delgado Olguín (izquierda) y su hermano Michael, durante el juicio. CRTVG

La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a trece años y medio de prisión a Víctor Delgado Olguín, y a otros cinco años a su hermano Michael, ambos colombianos, por la muerte del dominicano de 31 años Gregory Furcal a la salida del pub latino de Santiago La Grandota.

El crimen se produjo en la mañana del 2 de enero de 2023, cuando el primero de los hermanos asestó un navajazo mortal a la víctima seccionándole la femoral mientras que el segundo la agarraba para facilitar la agresión con arma blanca.

Por estos hechos, y de acuerdo con el veredicto del tribunal de jurado, la sala le impone la pena al primero de los acusados como autor de un delito de homicidio, mientras que a su hermano le atribuye un delito de lesiones dolosas en concurso con un delito de homicidio imprudente, en ambos casos con la agravante de abuso de superioridad.

Asimismo, la Audiencia también condena a los dos jóvenes colombianos al pago de una indemnización de 290.000 euros a la pareja y al hijo del fallecido, que en el momento del crimen tenía solo dos meses.

El tribunal del jurado había considerado probado que el autor del homicidio “realizó el hecho con voluntad o intención de matar a la víctima”, mientras que su hermano “lo hizo con intención de lesionarla, y advirtió la posibilidad de causarle la muerte, sin esperar que ello fuese a ocurrir”.

Asimismo, había concluido que “realizaron los hechos juntos, utilizando cada uno un arma, limitando o reduciendo las posibilidades de defensa del fallecido”.

En el primer caso, según explica el magistrado presidente en la sentencia, el jurado tuvo en cuenta que empleó una navaja, que dirigió el ataque hacia zonas vitales y que los golpes fueron reiterados, así como su intensidad, que se aprecia en las imágenes de la grabación.

En cuanto al otro acusado, según la resolución, el jurado descarta la existencia de una intención directa de matar “por el hecho de que tuvo una clara ocasión de matarlo durante el tiempo, 23 segundos, en que tuvo inmovilizada a la víctima con una navaja en la mano”. Además, los miembros del tribunal del jurado indicaron que en ningún momento utilizó la navaja para golpear al fallecido. El magistrado presidente señala que su comportamiento durante la pelea llevó al jurado a concluir “que no se representó que existiese una elevada probabilidad de que otro muriese, ni asumió que eso fuese a ocurrir”.

Posibilidad de defenderse

En la sentencia, el magistrado subraya también que los acusados no actuaron “sin riesgo para ellos” ni “dejando a la víctima sin posibilidad de defensa”, dado que en el vídeo se observa que Gregory tenía “en la mano una botella, que alza en dirección a los acusados con ademán de golpear”.

Esa sencilla explicación, según el magistrado, “comporta que pudo defenderse y se complementa por el hecho de que la botella está en la mano de la víctima casi hasta el final de la agresión, incluso después de que se rompiese parcialmente y quedase con picos que la convertían en un instrumento idóneo para causar cortes y para ser clavado”.

A esto cabe añadir, según el fallo, “que los hechos ocurrieron en un lugar público y concurrido, en la calle, a la salida de una discoteca y en la hora de cierre, con la consiguiente posibilidad de que terceras personas actuasen en defensa de la víctima”.

No obstante, aunque no estaba totalmente indefenso, el magistrado presidente destaca que el jurado valora el hecho de que los acusados eran dos y que cada uno de ellos utilizaba una navaja para concluir "que las posibilidades de defensa por parte de la víctima estaban limitadas". La sentencia no es firme, pues contra ella cabe presentar recurso ante el TSXG.