
Cibercacoso
Uno de cada tres adolescentes gallegos, en riesgo de sufrir acoso sexual online
Un estudio de la Universidad de Vigo alerta sobre la elevada exposición al grooming, el sexting y la adicción a las redes sociales, con mayor incidencia entre las chicas

La violencia de género en entornos digitales afecta ya de forma significativa a la adolescencia gallega. Así lo constata un estudio impulsado por el grupo de investigación PS1 de la Universidade de Vigo en el marco de la Cátedra de Feminismos 4.0 DEPO-UVigo, que revela datos preocupantes: más del 27% de los adolescentes participantes ha sido víctima de ciberacoso, mientras que cerca del 35% presenta conductas de riesgo asociadas al grooming, es decir, episodios de acoso sexual a menores tras el establecimiento de una relación de confianza por internet.
El trabajo, coordinado por la catedrática Francisca Fariña (Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte), se llevó a cabo con 666 adolescentes gallegos de entre 14 y 18 años y contó con la participación de los investigadores María José Pérez Fabello, María José Vázquez Figueiredo, Katia Rolán, Manuel Isorna y Santiago López Roel. Su objetivo: conocer la prevalencia del uso problemático de internet y las redes sociales entre los jóvenes, así como los factores de cibervictimización, incorporando además un enfoque de género.
“La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable en la que el uso intensivo de entornos digitales puede derivar en conductas de riesgo que afectan al bienestar psicológico y social”, subraya el investigador Manuel Isorna, quien recuerda que los datos reflejan “tendencias importantes”, aunque no sean extrapolables al conjunto de Galicia por tratarse de una muestra no aleatoria.
Más del 15% presenta riesgo de adicción a las redes
Los resultados del estudio, basado en pruebas estandarizadas realizadas en centros educativos de diferentes puntos de Galicia, indican que el 15,8% del alumnado presenta riesgo de adicción a las redes sociales, un problema que afecta por igual a chicos y chicas y que apunta a un uso descontrolado de la tecnología, con efectos potenciales sobre la salud emocional y el rendimiento académico.
Llama también la atención el dato de que el 91% de los participantes comenzó a usar redes sociales antes de los 14 años, siendo Instagram (42%) y WhatsApp (35%) las plataformas más habituales en sus inicios.
En cuanto al consumo de pornografía, más del 50% del alumnado reconoció haber accedido a estos contenidos al menos una vez, con una diferencia significativa de género: el 69% de los casos corresponde a varones.
Ciberacoso, grooming y sexting: más frecuentes entre chicas
El estudio constata también una alta prevalencia de cibervictimización, con más del 27% de los adolescentes reconociendo haber sufrido ciberacoso de manera continuada, al menos una vez por semana durante un periodo de tres o más meses. “Es una cifra preocupante, ya que está asociada a efectos psicológicos severos como ansiedad, depresión o incluso ideación suicida”, alerta Isorna.
En esa misma línea, el 35% presenta comportamientos compatibles con el grooming y el 14,7% ha practicado sexting, es decir, el intercambio de imágenes o vídeos de contenido sexual explícito. Estas prácticas muestran una incidencia claramente mayor entre las chicas, lo que refuerza la necesidad de abordarlas desde una perspectiva de género.
Persistencia de actitudes sexistas
El informe también destaca la presencia de creencias sexistas en la adolescencia, tanto hostiles como aparentemente benignas, con una mayor prevalencia entre los chicos. Esta realidad, advierten los investigadores, perpetúa estereotipos nocivos y puede aumentar la exposición a riesgos digitales.
A pesar de sus limitaciones metodológicas, los autores subrayan que los resultados del estudio coinciden con investigaciones previas en otros contextos y confirman que se trata de un fenómeno grave que requiere atención inmediata.
“La conclusión es clara: urge desarrollar programas educativos y de intervención dirigidos tanto a adolescentes como a familias y centros escolares”, afirma Isorna, quien aboga por incluir la perspectiva de género en todas las estrategias de prevención y sensibilización, con el fin de frenar una problemática creciente en las nuevas generaciones.
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