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Los sábados de Lomana: “No entiendo la cara de cabreada de la niña Greta Thunberg”
Según dicen los psicólogos la clave de la felicidad es nuestra actitud, pero no solo ante la vida
Según dicen los psicólogos la clave de la felicidad es nuestra actitud, pero no solo ante la vida. Tener capacidad de asombro, de ilusionarnos, la empatía, la capacidad para adaptarse a cualquier situación que nos toque vivir, la compasión, el agradecimiento, la simpatía, comprender a los demás y sus circunstancias. La tolerancia y la compasión. También es muy importante comunicarnos y contar nuestras cosas a los amigos. Dicen que las mujeres vivimos más porque hablamos más. Pues si es cuestión de actitud y comunicación, no entiendo esa cara de cabreada y perturbada que tiene la niña Greta Thunberg. Siempre delata un estado de ánimo desagradable. Me parece desquiciante. ¿Será un gesto de desprecio ante el mundo que no piensa como ella? ¿O es impostado y aprendido? Quizá esté harta de la explotación y el negocio que ha hecho enriquecerse a sus padres a costa de sus hijas.
Esta activista sueca de 16 años donde debería estar es en el colegio y tratándose sus múltiples problemas psicológicos. Sus progenitores han confesado que sufre síndrome de Asperger. Ella ha convertido en un super poder este trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que la hace vivir y actuar con una absoluta intransigencia casi utópica. Parece ser que la manifestación más común del TOC es un sentimiento de asco a cualquier objeto contaminante. Incluso dicen que dejó de comer durante dos meses a los once años. Y sus padres han dado cobertura a estos trastornos culpando al sistema. El asco que convive en ella es una emoción primitiva que ha convertido en bandera todo aquello que resulte devastador para el planeta. Esta pobre niña enferma a los 10 años después de ver un documental sobre la contaminación que le pusieron en el colegio entró en pánico y cayó en una profunda depresión que su familia ha sabido aprovechar haciéndose vegana y creando un gran espectáculo muy rentable. En este momento de tanta doble moral, esta niña se traslada en catamarán como si llegase a las costas portuguesas levitando...pues no, ese barco tiene dos potentes motores que consumen gasolina sin parar provocando una considerable contaminación del mar. Si es tan activista y purista, que hubiese venido en un barco a vela o con activistas entregados a la causa remando en galeras. Donde deberían dirigirse y condenar es a China, que está contaminando de una forma atroz abriendo sin parar centrales térmicas de carbón, de la misma forma que India o Rusia. Pero a todos los países emergentes de Asia les da lo mismo la contaminación e incluso presumen de que seguirán haciéndolo. Arrojan toneladas de basura al mar y yo pregunto: ¿dónde están todos estos adláteres del cambio climático que no organizan allí sus cumbres? ¿Por qué Greta no se presenta en la plaza Roja de Pekín a montar el numerito? Tengo la sensación de que han venido a Madrid a pasarlo bien y tomar estupendo jamón con nuestras excelentes reservas de Rioja o Rivera del Duero.
Pobre, les aseguro que cuando la veo con esa mirada enloquecida y su ceño fruncido pienso en cómo se puede permitir esta explotación, y lo que es peor, montar esa locura a su llegada a Madrid como si fuese una estrella de rock y utilizando a niños que deberían estar en casa con sus padres o en el colegio enseñándoles a comportarse en su entorno de forma cívica y limpiando el jardín o el patio del centro de estudios.
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