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Bigote Arrocet y la mudanza del "pájaro fantasma”

Sigue el silencio del ex de María Teresa Campos, que tampoco acudirá a la mansión de la presentadora a recoger sus cosas

María Teresa Campos y Bigote Arrocet durante su viaje romántico a Lanzarote en las vacaciones de Navidad
María Teresa Campos y Bigote Arrocet durante su viaje romántico a Lanzarote en las vacaciones de Navidadlarazon

Libre como un pájaro y gallina a la hora de enfrentarse cara a cara a la que ha sido su pareja en los últimos seis años. Edmundo, Bigote, Arrocet recuperará todos sus enseres que aún permanecen en el casoplón de María Teresa Campos esta misma semana. Sin embargo, no es probable que se presente en el chalet de Molino de la Hoz perteneciente a su ex novia Teresita, como él la llamaba cariñosamente. Es más factible que mande a algún amigo o simplemente que sean los propios empleados de la empresa de mudanzas quienes recojan las cajas que la Campos y una asistenta dejen listas para que el humorista se lleve a su nuevo destino. Puede ser el apartamento que Bigote tiene en una zona cercana a plaza de Castilla o bien otro que dicen que acaba de alquilar en una calle próxima a la plaza de Santo Domingo.

Mucho tienen que cambiar las cosas para que Arrocet recapacite y cambie su estrategia “fantasmal”. Lleva semanas desaparecido, presuntamente en Londres, donde ha pasado las Navidades con su hijo, su nuera y sus nietos. Ni siquiera sus amigos más íntimos han podido contactar con el cantante y humorista desde que se hizo pública su ruptura con la veterana periodista. A su colega y muy amigo Tony Antonio no le coge el teléfono ni tampoco a los periodistas, como el que esto escribe, que mantenemos con Edmundo una relación de amistad desde hace décadas. Veremos si este silencio se debe a la jugosa exclusiva que se rumorea que ha concedido a una revista. En ella contará su versión de esta ruptura tan mediática.

La situación se complica tras aparecer en varios medios una información que vincula a Bigote con dos mujeres: una peletera y una periodista, que, irónicamente, podrían vivir en el mismo bloque de apartamentos. Al parecer, con una de ellas estuvo en su fiesta de cumpleaños en Marbella, la misma a la que no asistió María Teresa. Era el pasado 29 de noviembre y esa ausencia tan sonada ya despertó las alarmas de crisis, una situación que acabó degenerando en una separación que es, por el momento, definitiva.

En el entorno de la comunicadora desvelan que lo está pasando muy mal y aunque intenta aparentar una cierta tranquilidad en sus escasas apariciones públicas, la procesión va por dentro. Ella pensaba que Arrocet era el hombre definitivo en su vida y que el amor acabaría triunfando por encima de dimes y diretes, de rumores de infidelidad y de lo infeliz que se sentía cuando su pareja la dejaba sola para viajar durante semanas a Sudamérica, con la excusa de ver a su hermana, delicada de salud, su hija o atender sus negocios. Bigote iba a su aire, definiéndose como “un pájaro libre”, y acabó renegando de la jaula de oro en la que vivía con su Teresita.