El elegante exceso de Encinar

Hasta una tercera planta de un garaje había que bajar ayer para descubrir las nuevas propuestas del diseñador Fabio Encinar. “Hemos pasado del palacio de la colección pasada a un parking”, confesaba momentos antes de su desfile. “Y es que hacía tiempo que me apetecía desfilar en un sitio así”. Con sus pros y sus contras, Encinar apuesta por salir del cómodo y seguro pabellón de Ifema: “No puedo hacer todavía un desfile allí y, además, sé que mi convocatoria no sería igual”.

Y lo dice uno de los diseñadores que en menos tiempo se ha hecho con una de las clientela más envidiadas, entre las que se encuentran algunas de las mujeres más elegantes de este país. Ayer el reto, además del espacio, era la colección. ¿Cómo convertir el exceso de finales de los 80 en prendas elegantes para el siglo XXI? Está claro que el joven creador tiene el secreto. En esta ocasión optó por prescindir de su tejido fetiche, el muaré, y se decantó por sedas salvajes en negros, tonos pastel y algún que otro estampado, algunas de las cuales sacó de estocajes de aquella época (así que hasta le dio un toque sostenible a sus propuestas).

Con ellas creó una colección con carácter y poderío en la que se movían de manera exquisita sus clásicos volúmenes y sus sexys siluetas que hacen las delicias de más de una influencer. Su primera salida fue toda una declaración de intenciones: “He decidido abrir con una novia. Aquí todos vivimos de la costura y de las novias y muchas veces las ocultamos”, aseguraba. “Yo estoy muy orgullos de trabajar este campo. España es un país donde la gente sigue apostando por la medida y eso tenemos que reivindicarlo”. Los sones de los Gipsy Kings y de Lola Flores abrieron y cerraron un desfile que fue todo un chute de energía, de poderío,