Familia Real
Cuando los Reyes Magos iban a Zarzuela
El entonces príncipe Felipe y las Infantas Elena y Cristina eran unos niños cuando Doña Sofía se ocupaba de celebrar esta fiesta con toda la familia
Cuando el Rey Felipe y las Infantas eran pequeños, el palacio de la Zarzuela se vestía de fiesta. Como en cualquier casa, las luces, los adornos y el árbol no faltaban en el hogar de la familia Borbón Grecia. El exterior del recinto también se iluminaba y en la ermita se colocaba un Belén y flores de Pascua. En Nochebuena se celebraba la misa del Gallo en la capilla y se colocaba en el pesebre al Niño Jesús. Unas tradiciones que se mantuvieron durante muchos años y en las que participaban también los primos griegos de edades parecidas a las Infantas y al Príncipe. En esas fechas el rey Constantino, la reina Ana María y los hijos viajaban desde Londres, donde vivían en el exilio. Se instalaban en Zarzuela y disfrutaban de unas Navidades donde los niños eran los protagonistas. En aquellos años la referencia de Papá Noel no era tan habitual como ahora, pero la reina doña Sofía, por su ascendencia materna alemana, implantó esa costumbre. Papá Noel no llegaba físicamente, como sí lo hacían los Reyes Magos la noche del 5 de enero, pero dejaba los regalos bajo el árbol.
De aquellos años hay imágenes y videos en los que se ve al heredero y a sus hermanas recibiendo en la puerta del palacio a los Reyes Magos. Cuando fueron mayores, ese recibimiento se trasladó al ayuntamiento, donde el alcalde de turno recibía a los protagonistas de la noche. En varias ocasiones la reina Federica acompañaba a Doña Sofía y a sus nietos. Después volvían a Zarzuela y los niños Borbón y los primos griegos se iban a la cama, mientras los Reyes y sus invitados continuaban con la celebración del cumpleaños del Rey Don Juan Carlos, nacido en Roma en la noche mágica.
Juan Balansó, el periodista y escritor que más libros escribió sobre la monarquía española, contaba cómo los empleados de palacio se encargaban de colocar los juguetes y los globos en uno de los salones donde previamente los niños habían dejado los zapatos. Una costumbre que a día de hoy mantienen la duquesa de Lugo y la Infanta Cristina. En la Casa de Asturias, como llaman coloquialmente al pabellón del Príncipe, no se sabe si los Reyes Felipe y Letizia han transmitido esta costumbre a sus hijas.
Eran Navidades felices en las que los niños previamente habían escrito sus cartas. Hay unas imágenes en las que aparecían las Infantas (el Príncipe era muy pequeño) vestidas de azul escribiendo sus peticiones en la habitación donde hacían su vida doméstica. Era un cuarto muy luminoso, con las paredes empapeladas con dibujos de animales y una mesa que servía para todo. Desde desayunar y comer, hasta hacer los deberes.
A Zarzuela llegaban todos los años cantidad de juguetes de firmas y empresas de toda España, preferentemente de Valencia. Estos envíos eran también motivo de conflicto y de berrinches para el heredero. Con seis, siete y ocho años no entendía la razón de no poder quedarse con los regalos. Se suponía que debía mirarlos y entregarlos para que se repartieran entre niños que no tenían juguetes. Una de las veces el motivo de la rabia infantil tenía que ver con un balón de reglamento y una bici. Contaba la Reina Sofía a Pilar Urbano que fue una de las pocas veces en que tuvo que dar a su hijo una azote porque no entraba en razón.
Juguetes y disfraces
También llegaban trajes regionales de toda España o de oficios varios. En una ocasión las Infantas aparecieron vestidas de enfermeras y el príncipe, de astronauta. En otra, las niñas con trajes de flamencas y el heredero de baturro. En el caso de la prima Alexia, compartía gustos con Elena y Cristina. Un año, los Reyes Magos dejaron a las tres niñas unos aspiradores de color verde que imitaban la última tendencia en electrodomésticos. En la foto aparece el príncipe en brazos de su abuela Federica y Ana María de Grecia ocupándose de sus hijos. Unas imágenes que resultaban habituales para los españoles y que no se han repetido con la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Nunca se las ha visto públicamente en la cabalgata de Madrid y la única vez que hay constancia fue hace muchos años a través de un ciudadano «paparazzo» que pudo fotografiar a la Infanta Leonor (aún no era princesa) subida en los hombros de su padre en la cabalgata de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
En los años de bonanza afectiva, don Juan Carlos celebraba su cumpleaños en familia y, al día siguiente, presidía la Pascua Militar. Cuando las Infantas se casaron, se unieron Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin y, con el tiempo, los niños. Se mantenían las mismas costumbres por expreso deseo de Doña Sofía, pero ya no había Noche de Reyes comunal ni fiesta el día 6 tras la celebración de la Pascua Militar. Este año las fiestas navideñas han sido una diáspora familiar con el Rey Emérito en Abu Dhabi, las Infantas Elena y Cristina sin referencia física, y Urdangarin en Vitoria con su madre y sus hijos.
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