Moda

Los estilistas no indultan a Carmen Calvo

La vicepresidenta se pone farruca y afronta esta etapa con lunares y en formato XXL y descorcha una alegría que no es aprobada por los expertos

Carmen Calvo
Carmen CalvoEFERaúl Caro.

La vicepresidenta se ha puesto farruca para despedir esta primavera atípica. No solo por lo que dice –indultos, tarifazos o plancha– sino cómo lo dice: con lunares y en formato XXL. En Sevilla, lucía esta semana un vestido de lunares rojos sobre fondo negro de manga larga y hasta los pies. Parecía irascible, como destemplada. A su lado, y con motivo de la primera Medalla de Honor de Andalucía, la Reina Letizia llevaba un elegante vestido azul de escote faja y falda con vuelo, y la cintura marcada con un fajín. Su simplicidad contrastaba con el exceso de Carmen Calvo.

Minimalismo frente a maximalismo en una imagen similar a la que ambas protagonizaron en la Biblioteca Nacional. En esta ocasión, la Reina vestía un modelo beige de Pedro del Hierro sin mangas discreto y favorecedor. Calvo, un conjunto tipo pijama blanco y bañado por gigantescos lunares negros. Como era de esperar, los lunares se han viralizado y el dictamen es claro: no hay indulto para la vicepresidenta. Sus estilismos no tienen perdón. Ni para los ciudadanos ni para los expertos en moda. Todos querrían meter tijera.

Los Reyes junto a la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, saludan a su llegada al Palacio de San Telmo
Los Reyes junto a la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, saludan a su llegada al Palacio de San TelmoRaul CaroEFE

Que a la vicepresidenta le gusta jugar con la moda y vestir su discurso político lo sabemos. Recordemos que fue una de las ministras de Zapatero que posaron para «Vogue» en 2004 con prendas de consagrados diseñadores españoles y rodeadas de polémicas pieles, bajo la excusa de inmortalizar la imagen del poder femenino. La vimos también en 2006 emperifollada con lazadas y corazones de Agatha Ruiz de la Prada. Y en 2019 celebrando la victoria socialista con un mensaje feminista estampado en una camiseta que se agotó en horas. ¿Qué ha querido decir en esta ocasión? ¿Ha encontrado motivos para la vida a lunares y faralaes?

Según Bere Casillas, sastre y experto en imagen, es evidente que trata de lanzar un mensaje de optimismo: «Esta parte oscura que hemos dejado atrás ha llegado a su fin y llega un tiempo de cierta bonanza. Mientras que a la Corona se la mira con lupa milimétrica, los políticos quieren dar esa otra idea de alegría». La cuestión es si resulta convincente. Valentino y Josué, responsables de la firma VJ Asesores de Imagen, consideran que, si la intención era proyectar un mensaje jovial, no ha sido acertada. Ni por la ocasión, ni por la estampa de la vicepresidenta. En época de apuro económico, cuando el gobierno nos exige apretarnos el cinturón, cualquier pompa (aunque sea en un simple estampado) puede sonar chirriante. «En plena postpandemia, en la que hay una evidente recesión en todos los sectores, se esperaría que personajes públicos que ocupan puestos como el de Calvo llevaran la delantera en mostrar una imagen menos llamativa y más neutra», opinan estos expertos.

La reina Letizia hablando con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, a su llegada a la inauguración de la exposición “Emilia Pardo Bazán.
La reina Letizia hablando con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, a su llegada a la inauguración de la exposición “Emilia Pardo Bazán.Raúl TerrelEuropa Press

En cuanto a elegancia, la imagen que proyecta tampoco es muy favorecedora. «En estas imágenes –añaden– queda más patente debido al contraste que genera con los ’'outfits’' de Doña Letizia, que luce dos looks elegantes y con estilo, sin disonar con la ocasión. Por otra parte, optar por estampados tan llamativos dificulta que muestre una silueta estilizada, más visible en el caso del vestido que luce en la capital andaluza que, al ser estampado y con tejido vaporoso, redondea demasiado su figura». En esta idea insiste también el asesor de imagen personal y corporativa Manuel Sevillano, que aplica una de las leyes de la Gestalt sobre la percepción visual, según la cual el todo acaba siendo superior a la suma de sus partes. «El impacto visual de tanto lunar es negativo porque achata su figura».

A pesar de que Calvo acostumbra a salir airosa en cualquier duelo estilístico, cuesta pensar, a juzgar por las crónicas y juicios de estas últimas semanas, que es una de las mujeres con más poder en nuestro país. Es difícil no poner el foco en ello y pensar qué razones la llevan a alejarse de su habitual imagen clásica y sobria. Es cierto que le gusta arriesgar y que tiene una identidad muy definida, pero esa libertad se ha transformado en una exuberancia incomprensible justo cuando más necesita una cura de discreción, después de sus excesos verbales. «Parece evidente que quiere captar la atención, busca visibilidad pero da la sensación de que en la jugada se ha pasado de frenada», concluye Sevillano.