Si no surgen contratiempos que lo impidan, en apenas un mes tendrá Bernardo Pantoja instalado un ascensor en su edificio sevillano, ysu hija Anabel ha contribuido en que se haga realidad ese sueño de su padre y sus vecinos. Con un “habemus ascensor”, que les supo a cachondeo a sus compañeros de “Sálvame”, la sobrinísima de Isabel Pantoja callaba la boca a todos esos que le acusan de no preocuparse por el bienestar de su progenitor, que, como recordaran nuestros lectores, tiene problemas de movilidad y suele desplazarse en una silla de ruedas.

El hermano de la tonadillera apenas tiene relación con la artista, prácticamente ni se ven, ni tampoco suelen llamarse por teléfono, si no es para que Bernardo se interese por el estado de salud de doña Ana, madre de ambos, que padece Alzheimer.

Anabel utiliza el lenguaje con poca soltura y suele cometer errores de bulto. ¿El último?, confundir el estilo naif, que no tenía ni idea de lo que es, con “el estilo maíz”. Y lo soltó tan fresca: “¿qué es eso del estilo maíz?” Las carcajadas sonaron en todo el recinto de Telecinco. La “pantojita chica”, como se la conoce irónicamente en algunos círculos, ni se inmuta ante sus irregularidades culturales y lingüísticas.