Tensión
Así califica Guillermo de Inglaterra al príncipe Andrés y Sarah Ferguson: “Son una vergüenza”
El heredero al trono británico presiona a Carlos III para distanciarse del duque de York y su ex esposa tras las últimas revelaciones sobre su vínculo con Jeffrey Epstein
La Casa de Windsor atraviesa una nueva tormenta mediática y, en medio del huracán, el príncipe Guillermo ha decidido actuar con determinación. La reciente difusión de correos electrónicos entre Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein, cuando este ya había sido condenado, ha generado un revuelo sin precedentes en la opinión pública y ha colocado al heredero al trono británico en una posición delicada. Según fuentes del Palacio de Buckingham, Guillermo no duda en calificar a su tío Andrés y a la exduquesa de York de "una vergüenza" y presiona a su padre, Carlos III, para que adopte medidas definitivas.
El foco de la polémica está en la actitud de Ferguson y Andrés de Inglaterra frente a la familia real. Aunque el príncipe Andrés ya no ostenta un rango oficial dentro de la monarquía, su presencia en actos privados -como el funeral de la duquesa de Kent, donde coincidió con Guillermo y Kate Middleton- mantiene viva la controversia. Los correos filtrados, en los que Ferguson se dirige a Epstein con expresiones de afecto y justifica su relación con él, han intensificado la presión sobre Carlos III y, por extensión, sobre su hijo mayor.
Proteger el legado de Isabel II
Carlos III, según fuentes del Palacio, ha intentado manejar la situación con prudencia, restringiendo el acceso de los duques de York a ciertos actos y proponiendo cambios residenciales y de seguridad. Sin embargo, su actitud ha sido considerada tibia por la opinión pública y por el propio Guillermo. El monarca busca proteger el legado de Isabel II y evita tomar medidas drásticas que excluyan por completo a su hermano y a su exmujer de los círculos reales, valorando la lealtad y la historia familiar.
Guillermo, en cambio, mantiene una postura clara y sin ambages. Los miembros del personal de Buckingham aseguran que el príncipe cree firmemente que Andrés y Ferguson representan un problema constante y que su comportamiento reciente es inadmisible. "Guillermo considera que su tío y Fergie son una vergüenza y presionará a su padre para que tome medidas", afirman las fuentes. La firmeza del heredero refleja un deseo de preservar la integridad de la monarquía y distanciarla de los escándalos que amenazan su reputación.
La publicación de los correos ha tenido consecuencias inmediatas para Ferguson, quien ha perdido todas sus colaboraciones con organizaciones benéficas y ha visto cuestionada su posición social. Los emails revelan su apego a Epstein y su intento de disculparse públicamente por comentarios previos, un gesto que, lejos de mitigar la polémica, ha evidenciado la profundidad de su implicación.
El enfrentamiento de posturas entre Carlos III y Guillermo marca un momento crítico para la Casa de Windsor. Mientras el rey busca equilibrio y respeto al legado familiar, el heredero impulsa la necesidad de establecer límites claros y proteger la institución de escándalos que pueden dañar su credibilidad. La tensión interna pone de manifiesto no solo las diferencias generacionales, sino también la manera en que la monarquía británica debe adaptarse a los retos del siglo XXI, donde la exposición mediática y la transparencia juegan un papel decisivo.
En este contexto, Guillermo emerge como un garante de la seriedad y reputación de la corona, dispuesto a plantar cara a los escándalos familiares y asegurar que la historia de los Windsor no se vea empañada por actitudes que considera inaceptables.