Memorias

Don Juan Carlos pide perdón a la Reina Sofía

No es la primera vez que el Monarca elogia a Doña Sofía. Es la primera vez que la elogia así: "La Reina Sofía siempre ha demostrado ser una compañera comprensiva y solidaria. Ella ocupa en mi vida el lugar más elevado".

En España, la figura del Rey Juan Carlos I sigue siendo un espejo incómodo: decisivo en la apertura democrática, controvertido en su esfera privada, discutido en su epílogo institucional. En los matices de ese espejo -hoy- se juega su legado. Esta semana, la revista Semana abre número con el Rey Juan Carlos y un anticipo de sus memorias, "Reconciliación", que se publican primero en Francia y que llegarán en español en las próximas semanas. Es un gesto de visibilidad narrativa: un intento de volver a tener relación directa con el lector europeo sin la mediación filtrada de titulares o de terceros.

En ese texto, escrito junto a la periodista francesa Laurence Debray desde la isla de Nurai (Abu Dabi), donde Don Juan Carlos reside desde 2020, hay un registro que llama la atención por su calma, por su claridad, y por su humanidad: sus palabras hacia la Reina Sofía. "La Reina Sofía siempre ha demostrado ser una compañera comprensiva y solidaria. Ella ocupa en mi vida el lugar más elevado", revela.

Reconocimiento explícito

Juan Carlos I no reescribe hechos. No niega contextos. No polemiza con pasado mediático. Pero introduce un matiz que, para él, importa: reconocimiento explícito.

A lo largo de los fragmentos publicados por la revista, se lee un respeto profundo hacia la madre del actual Monarca, hacia la mujer con quien ha compartido la estructura central de la vida institución-Estado-familia durante medio siglo. Escribirlo -muchos años después- no en caliente, no en directo, sino con tiempo y distancia, trae una dimensión distinta: "España no habría podido tener una Reina más abnegada e intachable. Tenemos caracteres complementarios, ella es más metódica y yo más espontáneo. En muchos aspectos somos diferentes, pero compartimos el mismo sentido del deber, de la Corona, del honor, de la amistad, de la devoción por nuestros hijos y nietos".

LOS REYES JUAN CARLOS Y DOÑA SOFIA POSAN CON EL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA, JORDI PUJOL, MOMENTOS ANTES DE ALMORZAR JUNTOS EN EL RESTAURANTE DE LA COTA 1800 DE LA ESTACION INVERNAL DE BAQUEIRA BERET (LLEIDA).
LOS REYES JUAN CARLOS Y DOÑA SOFIA POSAN CON EL PRESIDENTE DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA, JORDI PUJOL, MOMENTOS ANTES DE ALMORZAR JUNTOS EN EL RESTAURANTE DE LA COTA 1800 DE LA ESTACION INVERNAL DE BAQUEIRA BERET (LLEIDA). ANDREU DALMAU.Agencia EFE

En ese párrafo -aparentemente sencillo- se condensa un reconocimiento doble: carácter y servicio. Porque Sofía ha sido, de manera constante y documentada, un vector de estabilidad institucional y una figura con una ética pública mantenida, incluso en los momentos de mayor tensión.

La publicación de "Reconciliación" abre inevitablemente preguntas: ¿es esta su última gran intervención narrativa? ¿es una forma de ordenar su despedida pública? ¿es el cierre de un círculo personal? Tal vez sea, sencillamente, un acto de responsabilidad: querer dejar una versión propia antes de que la historia termine de fijar la suya.

Juan Carlos I está a punto de cumplir 88 años. La Historia -con H mayúscula- acabará pesando balance, contexto, contradicciones, aportaciones y sombras. Y lo hará, como siempre sucede, a distancia.

Pero este libro, y estas palabras hacia Sofía, revelan algo valioso: un hombre que sabe que ya está escribiendo su epílogo… y que decide incluir en ese epílogo un reconocimiento explícito a la mujer que ha sido, durante décadas, su compañera pública y privada, su ancla institucional, y la Reina de España.