Un apelativo muy especial
A Isabel II le disgustó que Harry llamase a su hija Lilibet
Un nuevo libro sobre la Casa Real británica desvela detalles sobre la elección del nombre de los duques de Sussex
Lilibet, el nombre elegido por los duques de Sussex para su hija menor, que nació el 4 de junio de 2021, esconde una entrañable historia. Es el apodo con el que se conocía a la reina Isabel II en su círculo más íntimo. Se lo puso cariñosamente su padre ante la dificultad de la niña, aún muy pequeña, de pronunciar su propio nombre. Quedó así para siempre. En la coronación del rey Jorge VI, en 1937, la futura monarca, que tenía entonces 11 años, escribió sobre la Abadía de Westminster una nota que encabezó con estas palabras: "De Lilibet, según ella misma". El rey correspondió con la frase: "Lilibet es mi orgullo, Margaret mi alegría”. Cuando la reina madre falleció, en 2002, Isabel II colocó una corona de camelias con una tarjeta que decía "Te recuerda con cariño, Lilibet".
La pareja, que pudo honrar a la reina optando por el nombre de nacimiento, escogió, sin embargo, Lilibet Diana Mountbaatten-Windsor, en honor a la abuela paterna de la niña y a su bisabuela. Sin embargo, dado el contexto en el que se produjo el nacimiento -solo unos meses después de que sus padres decidiesen emanciparse de la Corona británica para comenzar una nueva vida en Estados Unidos, la tierra natal de Meghan- era de suponer que a la reina no le agradase el detalle. Y así fue, según desvela ahora el historiador y experto en realeza Robert Hardman en un libro que está publicando en forma de serial en Daily Mail con el título "Carlos III: el nuevo Rey, nueva Corte". En uno de sus fragmentos, describe el disgusto que se llevó Isabel II cuando le anunciaron el nombre escogido por su nieto para bautizar a su segunda hija, más aún por la afirmación que hizo la pareja de que ella había dado su bendición para llamarla Lilibet. Esto le causó verdadera "angustia" en los últimos años, de acuerdo con el autor.
El libro cita a una asistente de la monarca, quien le reveló que la vio "más enojada que nunca". El comentarista Richard Fitzwilliams, también experto en la Corona, ha declarado hoy a Mail Online que el historiador ha arrojado luz sobre lo que realmente pensaba Isabel II. En su opinión, supuso un motivo añadido de angustia a la que ya le causó la entrevista con Oprah unos meses antes.
En su momento, un portavoz de los Sussex insistió en que no habrían utilizado el nombre si no hubiesen contado con su aprobación. Relataron que el duque llamó personalmente a la reina para informarle. "Durante esa conversación, compartió su deseo de llamar a la niña Lilibet en su honor. Si ella no hubiese estado conforme, no habrían usado el nombre". Posteriormente, antes las críticas vertidas desde Reino Unido, recurrieron al bufete de abogados Schillings para emitir un comunicado en el que advertían que negar que habían contado con el permiso de la reina era falsedad y difamación.
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