
Lujo
Las joyas más espectaculares de las monarquías asiáticas
De Jordania a Malasia, pasando por Qatar o Brunéi, repasamos unos joyeros que nada tienen que envidiar a las europeas

Si bien Oriente siempre ha sido un lugar de inspiración para Europa, lo cierto es que Asia también se ha visto deslumbrada por el Viejo Continente. Una de las mayores pruebas de esto es cómo las familias reales de aquellos países modificaron muchos de sus usos y costumbres para imitar los de los reyes europeos. Los palacios, la manera de vestir pero, sobre todo, las joyas, dan buena prueba de ello e incluso superan a los originales.
Uno de los casos más llamativos es el de la familia real tailandesa, que desde hace ya décadas viene acumulando una colección de joyas que nada tiene que envidiar a las de las reinas de Reino Unido o Países Bajos. Entre ellas destacan, por una parte, los broches de cisnes de diamantes comprados por el mítico Rama V en 1897 en su visita al zar ruso. Se trata una pareja gemela de joyas que se han convertido en uno de los iconos de esta familia junto con los ocho brazaletes de diamantes o el collar de esmeraldas que la reina Sri Bajrindra regaló a la princesa Rambai Barni en 1917. Estos son los tesoros más antiguos que conserva esta familia considerada casi sagrada para su pueblo que, además, ha ido sumando muchas piezas durante el siglo XX.
Oro y diamantes
Entre ellas se puede citar, por ejemplo, la tiara fringe de diamantes, de 1920; la tiara floral moderna, que se pudo ver en España en su visita de Estado en los años 80, o el impresionante parure de zafiros que lució la reina Suthida en 2023 durante la coronación de Carlos III, acompañado de una de sus hebillas de diamantes. A esto hay que sumar la impresionante colección de Van Cleef & Arpels que atesora la dinastía Chakri, entre los que se incluyen una tiara de diamantes, la tiara thai en oro o un collar, también de diamantes.

La famosa jequesa de Qatar, Moza bint Nasser al-Missned, además de una colección de alta costura considerada una de las más importantes del mundo, también posee un joyero que corta la respiración. En su caso, siente predilección por Cartier, de quien posee el espectacular collar serpiente, que lució en Londres en 2010, un diseño con forma de ofidio con dos diamantes de grandes dimensiones que sustituyeron a las esmeraldas del diseño original, consideradas las más grandes del mundo.
En 2014 la vimos en Marruecos con el collar Le Tavernier, en perlas y diamantes, valorado en más de 10 millones de euros. Otra de las joyas que dio mucho que hablar fue su mano de Fátima, también obra de la maison parisina, en diamantes y con un gigante zafiro. También ha confiado en el diseñador David Webb, de quien posee una de sus piezas más importantes: un collar en oro y coral que lució en la coronación de Guillermo de los Países Bajos.

Durante muchos años se ha considerado al sultán de Brunéi como el hombre más rico del mundo. Esto ha tenido también su reflejo en la colección de joyas que posee la familia. La reina Saleha atesora una de las tiaras más grandes del planeta, la de diamantes de colores, además de otra con unas grandes esmeraldas, una con un impresionante diamante corazón o una tiara de rubíes que adquirió en 2000. A la hora de colgarse joyas del cuello, la reina no tiene problemas, ya que es propietaria de espectaculares collares en los que destacan medallones de diamantes, zafiros y rubíes.

Malasia tiene la particularidad de ser una monarquía rotatoria, pero hay un juego constante: la tiara Gandik Diraja y el collar Kalung Diraja. Se trata de dos piezas diseñadas por la joyería inglesa Garrad en los años 80, que modificó dos diseños anteriores. La familia real de Johor, actualmente en el trono, posee otra joya muy conocida: el collar de diamantes creado por J.W. Benson, un particular y gran diseño conformado por dos collares teniendo el más corto una franja vertical que cae a modo de pectoral. Puede lucirse de muy variadas maneras y, además, una parte se ha adaptado para crear una tiara.
Diseños más discretos para Rania
Rania de Jordania, por su parte, no goza de un joyero similar al de las otras reinas, pero sí puede presumir de la belleza de la tiara árabe, con 1.300 diamantes, que lució por primera vez en 2006 y con la que luego fue fotografiada por Mario Testino en 2008. El diseño ha sido modificado para hacerlo algo más adaptable, ya que la reina jordana parece preferir diseños algo más pequeños, como el de la tiara Boucheron, concebida como brazalete , o la tiara de diamantes que, al parecer, fue concebida inicialmente como collar.

Por su parte, otra de las reinas muy conocidas es Jetsun de Bután. Ella solo dispone de dos tiaras, según hemos podido ver: la de esmeraldas y el bandeu de turquesas. En el reino más feliz del mundo parece que las joyas no son tan importantes.
La pérdida de Rania de Jordania
Rania es la única reina a la que se le ha arrebatado una joya. Si bien ella no heredó la tiara Cartier de la reina Alia, ya que acabó en manos de la princesa Haya, sí que solía lucir de vez en cuando este diseño de diamantes como préstamo de su cuñada. El famoso escándalo que protagonizó Haya tras su huida a Londres en 2019 y su posterior divorcio del emir de Dubái, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, le salió muy rentable a la princesa, pero el acuerdo de más de 550 millones de euros (considerado uno de los divorcios más caros llevados a cabo en el Reino Unido) incluía un pago por las joyas que se quedaron en el emirato y que Haya perdió y, por tanto, a las que Rania dejó de tener acceso, entre las que se incluía este regalo de Hussein I a su tercera esposa.
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