Annus horribilis

Kate Middleton y Carlos III, un año después de sus ingresos. ¿Ha cambiado la Monarquía británica?

Nada es igual en la Corona británica, ahora reforzada y con claros visos de modernización

El Rey Carlos III y Kate Middleton en una imagen de archivo
El Rey Carlos III y Kate Middleton en una imagen de archivoChris JacksonAgencia AP

Hace un año por estas fechas, los suelos palaciegos de Buckingham y Kensington se abrieron de forma repentina a los pies de la Familia Real arrojando al aire unos cimientos que Isabel II, antes de morir, pensó que dejaría muy sólidos. Primero fue el comunicado que desveló que la Princesa de Gales había sido ingresada en el hospital para someterse a una cirugía abdominal planificada y no retomaría sus funciones hasta después de Semana Santa. Pocas horas después, llegó la siguiente sacudida en forma de un segundo comunicado que decía que, «al igual que miles de hombres cada año, el Rey sufre agrandamiento de la próstata». Añadía, como en el de Kate Middleton, que sus compromisos públicos se pospondrían. En su caso, sería solo «durante un breve periodo de recuperación».

Se iniciaba así un nuevo «annus horribilis» que, según fueron pasando las semanas, se vaticinó aún peor que aquel de Isabel II en 1992. Carlos III y su nuera se unieron. Fragilidad con fragilidad. Firmeza con firmeza. En la dinámica de la Casa Real, el asunto se volvió aún más complejo cuando, el 5 de febrero, se anunció que el monarca tenía un cáncer detectado tras someterse a una intervención de próstata en enero. Todavía hoy, ese tumor sigue sin especificarse.

Coronación de Carlos III
Coronación de Carlos IIINeil HallAgencia EFE

Solo habían pasado nueve meses desde la coronación del Rey, la primera en 70 años, y se abrieron grandes interrogantes sobre quién se ocuparía de la agenda pública, cuánto duraría el tratamiento o quién podría desempeñar funciones reales. Esta última duda sirvió para preguntarse si fue buena la decisión del Rey de adelgazar la Corte. El protagonismo lo asumieron la Reina Camilla y el Príncipe William, que reanudó algunos compromisos reales, a pesar de la convalecencia de Kate.

La Casa Real británica posee mecanismos suficientes para que no exista vacío de poder ante ninguna circunstancia, como el nombramiento de dos consejeros que actúen en nombre del Rey y puedan, por ejemplo, firmar documentos estatales o asistir a reuniones del Consejo Privado. Lo que peor vivió el pueblo británico fue el secretismo en torno a su cáncer y al estado de salud de Kate Middleton. Se llegó a pensar que el desenlace podría ser fatal y la desinformación hizo correr ríos de bulos y especulaciones.

Kate Middleton y el príncipe Guillermo
Kate Middleton y el príncipe GuillermoGtres

Hubo momentos de pánico, como cuando William anunció que se tomaría un tiempo para cuidar de su esposa. La frase «Kate está bien» resultaba inverosímil, incluso molesta. Presionada la Casa Real, la Princesa anunció en marzo que padecía cáncer. Fue un jarro de agua fría que acalló rumores. Para entender la situación, cabe recordar las palabras de Patrick Jephson, secretario privado de Diana: «¿Cuán frágil es la Monarquía? Pues es tan frágil como pueda serlo Kate».

Kate Middleton y el príncipe Guillermo
Kate Middleton y el príncipe GuillermoGtres

Un año después, ha comunicado que su cáncer se encuentra en estado de remisión. El tiempo enderezó los cimientos tantas veces tambaleados de la dinastía Windsor y tanto el Rey Carlos y su esposa Camilla como Kate y su marido William han encontrado la mejor manera de seguir sirviendo al pueblo y, de paso, salir fortalecidos.