
Vacaciones reales
Del todo a la nada: la Reina Sofía y su verano más corto en Marivent que refleja una triste realidad
La madre del Rey Felipe VI apenas ha pasado 48 horas en Palma de Mallorca, un destino que no hace muchos años disfrutaba casi todo agosto

Este verano, la Reina Sofía ha pasado casi de puntillas por Palma de Mallorca, rompiendo con la estampa habitual que durante décadas la situaba como figura central del verano mallorquín. Su única aparición pública tuvo lugar el pasado lunes 4 de agosto, durante la tradicional recepción a las autoridades baleares en el Palacio de Marivent, donde posó junto a los Reyes Felipe y Letizia y sus nietas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Un compromiso puntual -el único, tanto oficial como extraoficial- en un estío marcado por la contención.
Nada de salidas al cine con las nietas, ni paseos entre turistas por el centro ni cenas familiares en terrazas del puerto. Este año, para doña Sofía, Palma ha sido sinónimo de deber cumplido. Llegó, presidió, y regresó a Madrid.
Apenas 48 horas ha pasado la madre de don Felipe VI en la isla. Una estancia simbólica que contrasta con aquellos veranos interminables en los que Marivent era, además de residencia oficial, refugio familiar. El cambio de ritmo evidencia la transformación que vive la Familia Real respecto al tradicional enclave balear: Marivent se va vaciando de recuerdos para convertirse, cada vez más, en mero escenario institucional.
Durante años, doña Sofía fue la gran defensora del espíritu veraniego del palacio. Se ha resistido discretamente a deshabitarlo, aferrada a la idea de un último verano con todos los suyos en Palma. Pero no ha podido ser. La realidad se impone, y con la elegancia que la caracteriza, la Reina Sofía acepta su discreto papel de fondo.

La transición generacional también está en marcha. La Princesa Leonor ha tomado este verano un protagonismo notable, dejándose ver en varias ocasiones junto a su padre, el Rey. Una presencia que no solo responde al calendario institucional, sino también a una voluntad tácita de preparar el futuro.
Pero ni el protocolo ni los cambios de ciclo explican del todo la fugaz visita de doña Sofía a la isla. La verdadera razón es mucho más íntima. Su hermana, la princesa Irene de Grecia, atraviesa un delicado momento de salud, y la Reina quería regresar cuanto antes a Zarzuela para estar a su lado. Son inseparables. Irene, además, es la única hermana que le queda tras el fallecimiento del Rey Constantino en enero de 2023, una pérdida que dejó una huella profunda en ambas.
El año pasado, la princesa helena aún acompañó a la Familia Real en Palma. Este verano, en cambio, su estado no le ha permitido viajar. La Reina Sofía ha querido estar cerca, en silencio y sin alardes, en un gesto de amor fraternal que pesa más que ninguna agenda institucional.
✕
Accede a tu cuenta para comentar