Polémica
Las «agresiones» (o no) de «un ogro» llamado Gérad Depardieu
Desciframos detalles de la vida del actor, hoy señalado en un documental de la televisión francesa
Gérard Depardieu es como el toro Nabucodonosor, su propio botellón de vino, equivalente a 15 litros. Orondo, bravo y fiero cuando quieren acorralarle. Se mueve sin comedimiento y poco dispuesto al temple. Es perezoso hasta para aprenderse sus guiones. La actriz Fanny Ardant, con quien ha protagonizado títulos míticos, como «La mujer de al lado», le compara con un árbol, que representa, con sus excesos, su inteligencia, su amor y su locura, «la fuerza de vida». Es uno de los monstruos sagrados del cine, pero el ídolo caído cuando los focos se apagan y un «ogro» cuando de sentimientos se trata.
Esto último se desprende de la última acusación vertida contra él por una mujer. Y van dieciséis. En este caso ha sido la actriz Hélène Darras quien le acusa de agresión sexual. Presentó su querella en París el pasado septiembre después de colaborar con una investigación periodística que emitirá hoy el canal público France 2. Algunos detalles ya se han ido avanzando.
El testimonio, en el que Darras recuerda el olor a alcohol que desprendía el actor, se remonta al rodaje de «Disco», en 2008, en el que la intérprete tuvo un papel secundario. Según cuenta, la miraba como «si fuese un trozo de carne» y la agarraba por la cintura para acercarla, al tiempo que la manoseaba. Le propuso también ir al camerino y, aunque se negó, dice que él no desistió en sus tocamientos.
El rey del plató
¿Por qué no denunció? Por temor a represalias que pudieran frenar su carrera. Depardieu era «el rey del plató». Darras trabajaba de extra y temía entrar en una lista negra con 26 años y los estudios de arte dramático sin terminar. La investigación que emite ahora la televisión francesa se centrará en estos hechos, pero también en otros testimonios de maquilladoras, intérpretes y otras profesionales del cine que describen un mismo modus operandi, consistente en «meter su mano entre su ropa interior» y proferir comentarios y gemidos obscenos. A sus quejas no encontraban más respuesta que la expresión: «No pasa nada, es Gérard».
[[H2:«No soy un monstruo»]]
El actor, con más de 200 títulos a su espalda, no se pronuncia y sus abogados insisten en desmentir tales acusaciones. «No soy un monstruo». Es lo que se escuchó cuando fue sorprendido orinando en el pasillo de un avión. «Solo soy un hombre que quiere orinar», siguió quejándose ante la CNN después de que trascendiera la noticia. Es uno de los muchos episodios bochornosos que salpican la vida del mítico actor de la saga «Asterix y Obelix».
A punto de cumplir 75 años, es un alma libre que se burla de la vida. No cree en la sociedad y menos en un sistema judicial que condenó a su hijo Guillaume a tres años de prisión sumiéndole en una profunda depresión. Se le ha acusado de evasión fiscal y huyó de su país harto de pagar impuestos. Solo aspira a deambular por el planeta, que le dejen tranquilo en su hedonismo, en sus placeres sin templanza de ningún tipo. Dicen que cada día que pasa se gana más a pulso su fama de «enfant terrible», pero la etiqueta suena fina si finalmente se confirman los cargos que se le imputan.
Su infancia nos lleva a Châteauroux, a un hogar humilde de cinco hermanos en el que jamás se escuchó la palabra amor. Escribió en su autobiografía que su madre trató de abortar usando agujas de tejer porque no podían permitirse tener otro bebé. Habló también de sus malas compañías desde muy joven, alternando con prostitutas, trabajando como gigoló y cometiendo hurtos y otros delitos. Un informe psiquiátrico en el que se le diagnosticó»hiperemotividad patológica» le libró del servicio militar. De ahí puede venir la personalidad irreverente y tiránica de este grandullón que, fuera de la pantalla, se transforma en hombre vencido junto a una botella de vodka. El título del documental «El hombre sin límites» compendia todo lo que se puede saber de él. «Gérard es la vida misma, eso no quiere decir que el día a día sea fácil», resumió la actriz Carole Bouquet, después de una convivencia de diez años.
Quince señalamientos sin denuncia
La actriz Hélène Darras se une a las quince mujeres que han señalado este año públicamente al actor por sus comportamientos sexuales inapropiados. Hubo una primera denuncia presentada en 2018 por Charlotte Arnould por violación. Aunque el proceso quedó cerrado, en 2020 se reabrió la investigación y el actor quedó imputado con cargos de violación y agresión sexual. Este mismo año quince mujeres han ido relatando a varios medios de comunicación actitudes sexistas y sexuales del actor en el contexto laboral, pero sin presentar denuncia. Los hechos que ahora le imputa Darras se remontan a 2008. A pesar de que no había presentado querella hasta septiembre de este año, aún no están prescritos. «Me niego a ser parte del problema permitiendo este tipo de comportamiento por permanecer en silencio», ha dicho. Los abogados de Depardieu desmienten, una vez más, cualquier conducta delictiva.
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