Opinión
El diario de Amilibia: Ojo, Feijóo, que sueltan a los dóberman
El término «político» atañe, cuentan las lenguas viperinas, a la suelta de una manada para morder las canillas de los cayetanos
Vi a Sánchez bajar del Sinaí con las Tablas de la Ley. Y avisó: «Este es un Gobierno de alto perfil político». Hay que fijarse mucho en las palabras porque Él tiende a disfrazarlas cada vez más sutilmente para cambiar su significado y así servirse de ellas, las pobres. Aquí hay que ser hermeneutas. Creo que cuando dice «alto» sin duda alguna se refiere, como tiene por costumbre, a sí mismo, o sea, al Apolo de la Moncloa que llegó a jugar al baloncesto como alero defensivo hasta que lo dejó para centrarse en preparar su «Manual de resistencia». Dicen que no hacía muchas canastas, pero marcaba muy bien a la figura del equipo contrario. Y aportaba un plus nada desdeñable: excitaba mucho a las nenas que acudían a la cancha.
Con la palabra «perfil» parece que se refiere a la imponente figura de Óscar Puente, también conocido como el Churchill de Pucela o, ya en el ring, como Cicerón King. No es portavoz del Congreso, pero sí ministro de Transportes: algunos camioneros sustituirán el póster de Beyoncé por su fotografía, seguro. Además, le esperamos expectantes como el gruñido rapero del Parlamento. Y la tercera: el término «político» atañe más bien en este caso, cuentan las lenguas viperinas, a la suelta de los dóberman, una manada para morder las canillas de los cayetanos por insistir tanto en lo de las mentiras, las trampas y la traición. Soltarán los perros de la guerra progresista a por el hueso reaccionario. Y aunque las cuatro vicetiples del Gobierno tengan pinta de corgis similares a los de la fallecida reina Isabel, hay quien las ve pitbull muy peligrosas.
No se fíen: la Yoli, de galgo afgano de larga y suave melena, nada de nada. Y de caniche, menos.
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