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Entrevista

Mabel Lozano: «La dependencia de la pornografía es mucho más brutal que la de la cocaína»

La escritora lidera la lucha contra la trata de mujeres y la prostitución, una causa de la que se considera pionera

Mabel Lozano, en una imagen de archivo
Mabel Lozano, en una imagen de archivoJesús G. FeriaLa Razon

Pocas personas como Mabel Lozano conocen tan a fondo el mundo de la prostitución y la trata de personas. Activista, cineasta y luchadora sin descanso para defender a la mujer de mafias y proxenetas, habla con nosotros coincidiendo con la celebración del Día contra la Trata de Personas, que este año elige como lema «Las voces de las víctimas marcan el camino».

–El ultimo gran peligro es la Cibertrata.

–Estamos en un mundo digital y en las plataformas de Internet captan los proxenetas a niñas y mujeres, ya no les hace falta irse a países como Colombia para conseguir a las mujeres, lo pueden hacer desde el salón de sus casas. Muchas chicas tienen en abierto sus redes sociales y a través de ellas las están captando.

–¿De qué forma?

–Las prometen dinero para que les manden fotos ligeras de ropa o de desnudos. La chica cae en la trampa, manda la imagen y la extorsionan.

–¿Qué opina de plataformas como Only Fans?

–Que es absolutamente sexual.

–Hay famosas, como Mari Cielo Pajares, que la utilizan para conseguir un sueldo extra.

–Pero detrás de las famosas hay una legión de «peladas» que son explotadas, amenazadas, coaccionadas… Es vergonzoso.

–Cada vez hay más jóvenes víctimas de esa explotación.

–Claro, son niñas, y en cuanto entran en ese mundo es casi imposible salir. Algunas lo ven como un supuesto trabajo fácil, cuando de lo que estamos hablando es de prostitución 2.0. Es durísimo. Supone la venta del cuerpo por dinero. Ni más ni menos. Y a través de Internet.

–¿Cuál es la situación al respecto en España?

–Somos uno de los países en los que más se consume la prostitución y la pornografía. Exactamente, el tercero del mundo, tras Tailandia y Puerto Rico. Aquí hay una gran demanda de sexo de pago, y cuando llegan las vacaciones de verano, agravado por el confinamiento, nuestros adolescentes pasan muchas horas en sus habitaciones delante del ordenador, viendo pornografía. Porque cuando lo llamamos porno suena light. La pornografía no es nada inocua, es agresiva, adictiva, violenta, accesible, crea una dependencia brutal, mucho más que la cocaína u otras drogas ilegales. Y lo peor es que todos nuestros chavales llevan un pequeño cine porno en el bolsillo gracias a su móvil.

–Hace pocos meses vi una encuesta demoledora sobre la prostitución en España.

–Supongo que se refiere a una en la que desvelaba que el 38 por ciento de los hombres había estado en algún momento de su vida con prostitutas, lo que supone más de ocho millones y medio de consumidores.

–¿La labor de las autoridades debería intensificarse?

–Todavía quedan por hacer muchas cosas con la prostitución y la pornografía…

–¿Qué diferencia a la prostitución de la trata?

–Las dos van de la mano. No se puede hablar de la primera sin hacerlo de trata sexual.

–Se mete en temas muy delicados y escabrosos. ¿Ha sufrido algún tipo de amenazas por parte de las mafias implicadas?

–No estoy amenazada, para nada. Soy una vocera total contra la explotación de las mujeres y las niñas.

–Pero, cuando una se implica tanto, ¿no hay momentos en los que llega a sentir miedo a ciertas consecuencias?

–Sería muy egoísta si lo sintiera, lo que realmente se me pasa por la cabeza es el agradecimiento hacia tantas mujeres valientes que se han cruzado en mi camino. Ellas son las auténticas heroínas…

–Ahora se apuntan otras al carro de la lucha como si fueran pioneras.

–Yo fui la primera que hizo un documental cuando no se preocupaba nadie. Mientras la gente hablaba de las prostitutas yo lo hacía de proxenetas. Y he migrado a las plataformas digitales, porque es ahí donde tengo que trabajar para rescatar a mujeres y a niñas.

–Lo malo es que la mayoría de esos delincuentes no pone un pie en prisión.

–Es que hay una mierda de legislación.

–Acaba de regresar de México, donde presentó su trabajo «Biografía del cadáver de una mujer»…

–Ha tenido mucho éxito. Allí soy una persona muy conocida. Una catedrática de la Universidad Iberoamericana me presentó como «una tejedora del cambio». Me considera una de las mujeres que más está trabajando para incentivar a los políticos para que hagan algo…

–¿No lo hacen?

–En absoluto. No hay voluntad política de hacer algo. No se ha hecho con la prostitución, ni con la trata o la pornografía.

–Usted utiliza otra palabra para definir la trata.

–Yo la califico como una esclavitud.

–Películas como «Pretty woman» hacen un flaco favor en esta lucha contra la explotación de la mujer.

–Sí, porque está en las antípodas de la realidad de lo que es la prostitución y la explotación sexual. En este sentido, hace mucho daño.