Opinión
El diario de Amilibia: Irene, porfa, no renuncies a Harvard
¿Era incompatible estudiar en Harvard (cosa muy pija) con formar parte de Podemos?
Hay cosas que deberíamos haber sabido mucho antes. Ione Belarra ha confesado en un ataque de emotividad el gran sacrificio que Irene Montero tuvo que hacer en su día por Podemos y me imagino que, de paso, por todos nosotros, los descreídos que nunca estuvimos en la Puerta del Sol fecundando «en profundidad» y sin condón el ideario podemita: «Fue una alumna brillante. Irene renunció a una beca de Harvard para formar parte de Podemos». Nunca se lo agradeceremos bastante, porque de haber aceptado la beca, quizá no hubiera sido ministra de Igualdad y los columnistas nos hubiésemos quedado huérfanos de la musa que más nos ha inspirado en los últimos tiempos, porque ni Tamara Falcó y Rocío Carrasco juntas dan para tanto. ¿Y qué sería de nosotros sin ella?
Pero tengo preguntas: ¿Era incompatible estudiar en Harvard (cosa muy pija) con formar parte de Podemos? ¿La intensidad ideológica de las charlas de Iglesias sobre Gramsci y Lenin la hipnotizaron hasta el punto de olvidar la beca? ¿El plan para tomar el cielo por asalto le pareció más fascinante que Harvard? ¿Experimentó una visión de su futuro como la mártir arcoíris de Podemos y de la izquierda global y eso le pareció más guay? ¿Estaba tan prendida de su amado Pablo que la pasión le hizo olvidarse de la beca? Como canta Rosalía: «Esa noche, quién la borra/ Tú me besaste y se me cayó la gorra». Esta osada y valiente mujer, capaz de emprender una poderosa campaña ministerial contra el peligroso machista Pablo Motos enviándole una marabunta de hormigas rojas y termitas a su Hormiguero, merece que Él la libere para que pueda ir a Harvard.
La cuestión es si Harvard está preparada para digerir a Irene Montero.
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