Entrevista

Samantha Hudson: “Soy una mujer del Renacimiento”

Triunfa con su espectáculo y no puede decir una frase que no sea provocativa. Sus posibilidades, dice, son infinitas

La artista Samantha Hudson
La artista Samantha HudsonJosé OlivaEuropa Press

Resulta complicado definirla con una sola etiqueta. Actriz, cantante, artista, activista, influencer… Tras su estrafalario aspecto se esconde Iván González, un mallorquín de 20 años que se dio a conocer en 2015 por «Maricón», una canción que grabó para un trabajo de clase y cuyo videoclip provocó un sonoro escándalo. Desde entonces, Samantha Hudson se ha convertido en uno de los rostros más populares de las redes sociales por hacer de su vida una performance constante y su sorprendente elocuencia. De su boca sale una rápida e ingeniosa contestación a cada pregunta que se le lanza, aunque ella quita mérito a su don: «Solo es cuestión de decir algo inteligente o algo absurdo y que parezca inteligente». Además, cuenta con su propio espectáculo, «Liquidación total», que ha conseguido colgar el cartel de «sold out» en Madrid. Por otro lado, ha colaborado en programas y proyectos variados, y recientemente se ha vestido de santa para clamar contra el estigma hacia las personas con VIH, en una campaña desarrollada por la ONG Fundación Imagina Más.

La hemos visto disfrazada de santa. ¿Cuánto tiene de eso?

Yo me veo muy santa, la verdad. Con mucha congoja y muy sufrida, encarnando mis propias pasiones. No sé, soy Santa Teresa de Jesús y un poco San Juan de la Cruz.

¿Qué le diría a todos los que no la entienden?

Les diría que no está hecha la miel para la boca del asno.

Comentan en redes sociales que podría ir a «Supervivientes»...

Hombre, con los tiempos que corren, estamos sobreviviendo todas, así que no sé si me hace falta irme a una isla perdida en el mar a ponerme a prueba.

Lo cierto es que da el perfil…

Sí, tengo un perfil muy «Supervivientes», pero Samantha Hudson es un perfil muy todo, una mujer del Renacimiento y todoterreno. Tengo siete plazas.

Explique eso. ¿Cómo que siete plazas?

La que lo quiera entender, que lo entienda.

Ya ha participado en algunos programas… ¿Cómo ve el panorama televisivo actual?

Yo creo que hay veces que criticamos las cosas sin tener en cuenta que la vida es un juego y hay contextos que son como son. A mí me parece televisión, espectáculo. Es la industria. Si no te gusta cómo funciona y no te quieres meter, es respetable, pero también, a veces, hay que jugar con las normas del juego y, quizás, aprovecharte de esa transacción. No sé si sabe por dónde van los tiros…

¿Sería colaboradora habitual de un programa?

No me gusta anclarme a nada. Dedicarte en exclusiva a una cosa es, en esencia, ser una esclava y yo no quiero serlo, de nada, ni de un programa y ni siquiera de mí misma. Por eso me gusta variar tanto mi registro.

¿Daría las Campanadas de Nochevieja en televisión?

Sí, y algunas veces que me pongo falda y no llevo bragas, también doy las campanadas.

Entonces, ¿sabría decirme sus planes a medio plazo o va improvisando según le apetece?

Lo único que sé es que voy a coger un AVE y que seguramente comeré en el vagón. Es broma. Tengo agenda hasta el próximo año, estoy con la gira, que lleva ya un año.

¿Cómo está yendo?

¡Súper! Hemos hecho «sold out» en Madrid y vamos a por la segunda fecha el 16 de diciembre. Nos queda Zaragoza, el día 2 ; y Valencia el 28 de enero. Largo y tendido.

¿Y otros proyectos?

Yo soy castellana. De «Castilla y la Marcha», por eso trabajo sobre ella. Pienso que, para una chica tan ambiciosa como yo, las posibilidades son infinitas.

¿Le afectan mucho las críticas que recibe?

Depende. Si es una crítica que me puedo aplicar porque realmente siento que lo he hecho mal y que debería mejorar mi comportamiento, me la tomo en serio. Pero a palabras sordas, oídos sordos.

Estas semanas, las críticas se han dirigido a Irene Montero. ¿Qué opina al respecto?

Creo que hay un sector de la política de este país al que se le consiente cualquier burrada con total impunidad, y, por otro lado, hay otro al que se somete a un escarnio constante y se le exige una coherencia discursiva prácticamente imposible.

¿Es usted pro Irene Montero?

Sí. Me gusta lo que está haciendo, en especial, la campaña reciente de Igualdad.